AGROVERDAD
Quizás con Mauricio Macri como Presidente el Campo tendrá una política más amigable con el sector. Con Daniel Scioli en la Jefatura del Ejecutivo nacional, esa posibilidad es más ambigua, porque dependerá bastante de cuánto se libere de las ataduras que lo ligan al actual modelo de gobierno.
El razonamiento se desprendió de la disertación que ofreció Eduardo Van der Kooy, periodista de Clarín y analista político, que de ese modo cerró el panel que encabezó en compañía del jefe de la sección Política y Economía del diario La Voz del Interior, Edgardo Moreno, en la Jornada Soja con Sustentabilidad. Ambos, protagonizaron el capítulo dedicado al análisis de las elecciones PASO del domingo último y las perspectivas que se abren a partir de la decantación de candidatos que dejó el comicio. Como todo el mundo infiere, han quedado tres en la carrera: Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa, con más probabilidades los dos primeros.
-Teniendo en cuenta que la audiencia aquí presente es fundamentalmente de productores agropecuarios, ¿qué se puede esperar de los candidatos que pueden llegar a la Presidencia, con respecto al campo?-, se le consultó desde el atril de coordinación del programa de conferencias.
– Claramente –respondió- hay una percepción en el sector, que pienso es correcta, de que no es lo mismo que gane Daniel Scioli o Mauricio Macri, porque se quemaron con leche en 2008 y 2011”.
Esto es, el candidato del PRO podría resolver más rápidamente medidas que el campo está esperando, lo cual, al mismo tiempo, explica que el domingo el voto agropecuario se inclinara por Macri.
“ Pero –apuntó Van Der Kooy- hay que decir que un Scioli “libre” seguramente mantendría una relación mucho menos condicionada que la que tiene ahora”. Reparó en que el gobernador bonaerense no ha tenido una relación traumática con el campo.
¿Quién ganará?
Respecto a la pregunta que se hacen todos, quién va a triunfar en octubre, para Van der Kooy no puede haber hoy una respuesta categórica. “Hoy es muy difícil determinar qué destino, orientación y voluntad tendrán los electores de ahora hasta octubre. Es una elección abierta. Hay un candidato mejor posicionado que los otros dos (Scioli). Pero va a ser importante ver la estrategia electoral que sepan combinar estos los otros dos (Macri y Massa)”, estimó.
Esta incertidumbre, según el analista, se proyecta también a un eventual ballotage. “No estoy seguro de que el resultado del ballotage sea sí o sí gana Macri. La experiencia de Capital Federal (Rodríguez Larreta versus Loustau) es un ejemplo. Siempre un ballotage es un reseteo de los votos y la Argentina no tiene experiencias en ballotage, de cómo se puede comportar el electorado”, evaluó.
Para Van der Kooy, la oposición tiene muchas posibilidades de sumar votos en territorio bonaerense. Y para ello, considera que Sergio Massa juega un rol clave. Según el periodista, “Massa tiene un papel muy importante en los meses que vienen porque es el candidato que puede taponar el crecimiento del peronismo, fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires”. Además, destacó que “María Eugenia Vidal y Felipe Solá hicieron una campaña muy competitiva” y que ellos pueden captar parte de los 1,6 millones de votos que tuvo a su favor Julián Domínguez, el competidor de Aníbal Fernández en la interna kirchnerista bonaerense.
Fernández, ahora, un lastre
A propósito de Fernánez, Van der Kooy asegura que puede ser un factor que complique la campaña presidencial de Scioli. “El oficialismo va a tener dos meses de campaña con un contrapeso muy fuerte como Aníbal haciendo su campaña en Buenos Aires. No es una compañía cómoda en este viraje que tenía previsto hacer Scioli”, dijo. Y amplió: “Cuando Scioli supuso que el efecto Zannini estaba diluido, le surgió lo de Aníbal, que es una figura que objetivamente trasciende la provincia de Buenos Aires, aún más que Zannini en términos de irradiación de conocimiento o de conocimiento malo de su figura”.
En ese sentido, sostuvo que el apoyo del PJ es sólo por el interés de no perder lo obtenido en materia de poder. “A Scioli se le han acercado sólo porque es una herramienta taquillera para poder subsistir. Pero el ala kirchnerista lo va a examinar permanentemente. Va a tener que dar un examen de conducción política que no le conocemos y en un momento complicado”.
Precisamente, para Van der Kooy “no hay que perder de vista que al kirchnerismo le interesa sobre todo ganar, porque es el único reaseguro de continuidad que tiene de un sistema político cuyo anclaje medular es el Estado”. “Más allá de la poca simpatía que tengan por Scioli, el objetivo es ganar”, sentenció.
Sobre Macri, le criticó que “demostró una elogiable disciplina para cumplir un libreto político pero falta de repentización frente a los momentos impensados” y expresó que “con una personalidad que no es la de un caudillo ni la de un líder peronista echa duda de cuán tranquila va a ser la transición de poder” si triunfa.
¿Y Cristina?
Finalmente, también le dedicó un párrafo a la actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, de quien dijo que “no se va para irse sino para estar como vigilante con un poder entre las sombras” y que eso lo va a obligar a Scioli, si éste resultara electo, a construir su plataforma política en 2017, año de elecciones legislativas, para así “quebrar su independencia de origen con el kirchnerismo”, siguiendo un camino similar al de Néstor Kirchner entre 2003 y 2005.
De todos modos, cualquiera sea el resultado, Van der Kooy no dudó en manifestar que “la Argentina se asoma a partir de diciembre a un tiempo nuevo, distinto, porque se van a cambiar dos aspectos de lo que fue la lógica de esta larga década”. El primero es un “proceso de desconcentración de poder” y, el segundo, “un momento de presidencialismo atenuado: menos personalista y con liderazgos de menor intensidad”, porque “de un Congreso con amplia mayoría se pasará a uno que va a necesitar consensos para poder avanzar en modificaciones básicas”, resumió.