En la opinión de un analista "es necesario un cambio de rumbo". Complica además la buena producción internacional y la puja por el mercado brasileño.
ROSARIO (NAP). "La cosecha de trigo finalizó hace varias semanas pero la comercialización del cereal continúa trabada en el marco de las restricciones que alcanzan a la exportación, resintiendo la competencia entre los distintos segmentos de la demanda", planteó el analista de la Bolsa de Comercio de Rosario, Guillermo Rossi.
En un estudio publicado por la agencia Noticias Argentinas, Rossi apuntó que "si bien el mercado ha estado cargado de imperfecciones en los últimos ocho años, el sentimiento predominante es que en esta campaña se ha tocado fondo y es necesario un cambio de rumbo".
Autoridades del gobierno anunciaron el viernes que las nuevas emisiones de permisos de exportación del cereal estarán sujetas al pago del precio FAS teórico en la adquisición de la mercadería. Esta referencia rondaba 1.544 pesos la tonelada, frente a un precio en plaza Rosario que la Cámara Arbitral de Cereales estableció en 960 pesos la tonelada como valor estimativo.
"Los operadores no parecen confiar en que las nuevas medidas tenderán a corregir o atenuar las distorsiones existentes, subsistiendo un consenso cada vez mayor de que es necesaria una liberación total para que la operatoria recobre la fluidez perdida y los valores negociados sean representativos de la situación global de oferta y demanda", dijo Rossi.
Para el analista, "la situación comercial es sumamente delicada porque si bien el flujo de ventas en los primeros tramos de la campaña supera al observado a la misma altura del año pasado, resulta difícil para los vendedores colocar trigo en el segmento disponible, quedando un importante volumen remanente en etapa primaria".
Los exportadores acumulan compras por 4,4 millones de toneladas, a las que se suman 1,4 millones de toneladas adquiridas por la industria molinera. Sobre una producción que el Ministerio de Agricultura estima en 13,9 millones de toneladas, estas cifras implican que quedan por vender 8,1 millones de toneladas, "suponiendo que el stock final del año pasado se mantendría sin cambios a lo largo de esta campaña".
En este escenario, Rossi sugirió que con "un mercado internacional de trigo con abundante oferta y gran competencia para llegar a los importadores brasileños sería una mala noticia para la Argentina". (Noticias AgroPecuarias)