21/05/2025

Con menos retenciones, el agro proyecta más inversión y mejores rindes en trigo y cebada

La Bolsa de Cereales proyecta más siembra y producción por la prórroga de la rebaja de retenciones para trigo y cebada. Las exportaciones crecerían 15% y el fisco también saldría beneficiado. AMBITO - 21/05/2025
 

El anuncio oficial del ministro de Economía, Luis Caputo, de prorrogar la rebaja de retenciones para el trigo y la cebada hasta el 31 de marzo de 2026, generó una ola de respaldo en el sector agropecuario. Sin embargo, también reactivó una histórica demanda del campo: la eliminación total de los derechos de exportación (DEX) para todos los cultivos.

Desde distintos eslabones de la cadena agroindustrial, las voces fueron unánimes en destacar el valor de la previsibilidad en el contexto actual, pero también reclamaron una política fiscal más equitativa, que contemple la realidad de los cultivos de la cosecha gruesa como la soja y el maíz.

La decisión fue comunicada por Caputo a través de sus redes sociales. “Extenderemos la rebaja de retenciones para la cosecha fina”, escribió, en referencia a la prórroga de la alícuota reducida del 9,5% que iba a vencer en junio. Con esta medida, las exportaciones de trigo y cebada —que generan unos u$s4.000 millones anuales— seguirán con menor carga tributaria durante toda la campaña 2025/2026.


El campo renueva los reclamos por las retenciones.

El campo renueva los reclamos por las retenciones.


Depositphotos

La Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA) celebró la decisión y la calificó como “el camino correcto”. No obstante, instó al Gobierno a tomar medidas similares para los cultivos más relevantes del país: “Sería deseable que hagan lo mismo con los granos de la cosecha gruesa –soja y maíz– que tienen alto impacto en la producción y exportación de la Argentina”.

Desde la Sociedad Rural Argentina (SRA), su presidente Nicolás Pino, sostuvo que las retenciones “frenan las inversiones en el sector y no generan desarrollo económico”. Advirtió que la continuidad de la medida debe estar orientada “a su eliminación definitiva”.

Menos retenciones al campo: fuerte reclamo por soja, maíz y girasol

La presidenta de la Federación Agraria Argentina (FAA), Andrea Sarnari, también valoró el anuncio, pero destacó sus limitaciones: “Otra vez sería transitoria la baja, y la verdad es que necesitamos que las retenciones, el peor de los tributos, vayan siendo eliminadas gradualmente, pero de manera definitiva”.

En la misma línea, Carlos Castagnani (CRA) remarcó: “Es necesario por la situación actual de bajos precios internacionales. Valoramos estas medidas que buscan aliviar la carga de los productores y potenciar la competitividad del campo argentino”.

Desde el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), José Martins, consideró que la decisión va en la dirección correcta: “Va a colaborar en una mayor producción para el próximo año”. Sin embargo, pidió ampliar el alcance y pidió “que el equipo económico recapacite sobre la importancia de hacer lo propio con los granos gruesos”.

Menos presión fiscal, pero con mejor resultado para el Estado

Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC), la prórroga de la rebaja de retenciones marca la diferencia entre aplicar tecnología o resignarla, entre cubrir costos o perder dinero. En un contexto de márgenes negativos y costos elevados, muchos productores esperaban esta señal para invertir.

La entidad porteña proyecta que, con este nuevo escenario, la superficie sembrada con trigo crecerá un 6%, alcanzando 6,3 millones de hectáreas, mientras que la producción podría llegar a 20,5 millones de toneladas de trigo y 5,1 millones de toneladas de cebada, con un aumento del 10% respecto al ciclo anterior.

Además, las exportaciones podrían subir hasta un 15%, superando los u$s4.200 millones en ingresos de divisas.

Otro de los puntos centrales que destaca la BdeC es que la rebaja del DEX no implica menor recaudación en términos absolutos. Por el contrario, al estimular la producción y los rindes, la base imponible se amplía, generando mayores volúmenes exportables y, por lo tanto, más ingreso para el fisco.

“Con incentivos, se siembra más, se invierte más y se produce más”, señalaron desde la entidad. El informe técnico explica que, incluso con una retención más baja por tonelada, el resultado fiscal puede ser igual o incluso mejor gracias al aumento general del volumen y la actividad económica asociada.

En este sentido, varios productores y dirigentes recordaron en las últimas horas el antecedente de 2016, cuando el gobierno de Mauricio Macri eliminó las retenciones para el trigo y el maíz. En ese entonces, la producción de trigo pasó de 11 a más de 18 millones de toneladas en dos campañas consecutivas, con un crecimiento del 60%.

Ignacio Kovarsky, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) aseguró que “cada vez que se eliminan retenciones, el agro responde con producción, inversión y empleo. Lo vivimos hace menos de una década. Hay que volver a ese camino, pero de forma estructural y previsible”.

Por otra parte, no hay que olvidar que la mejora en los márgenes proyectados para trigo y cebada no solo alienta la siembra en los campos, sino que además dinamiza el entramado productivo de las economías regionales. La inversión en insumos, fertilizantes y tecnología genera un efecto multiplicador que alcanza a contratistas, transportistas, cooperativas, distribuidores de agroquímicos y talleres de maquinaria.

Según Kovarsky, “el impacto va más allá de la tranquera: más camiones yendo y viniendo, más empleo rural, más consumo en los pueblos. Es una cadena que se activa desde el productor hacia toda la comunidad”.

Este tipo de impulso cobra especial relevancia en zonas como el sudoeste bonaerense y el sur de Córdoba, donde el trigo y la cebada son pilares del esquema agrícola.

Objetivo 2026 para el campo: más producción y menos impuestos

Las proyecciones para la campaña 2025/2026 reflejan el optimismo contenido del sector: con condiciones climáticas normales y un sendero fiscal más amigable, Argentina podría consolidar un volumen exportable sostenido por encima de los 25 millones de toneladas entre trigo y cebada. Eso significaría más ingresos para el país y mayor competitividad externa frente a mercados como Australia, Canadá y Ucrania.

No obstante, las entidades advierten que este impulso puede diluirse si no se avanza hacia una reforma integral del esquema tributario agroexportador. La permanencia de derechos de exportación en soja, maíz y girasol, así como la volatilidad política en torno a estos tributos, continúa siendo una barrera para la planificación a largo plazo.

El mensaje desde el agro es muy claro y todos coinciden en que los productores pueden convivir con impuestos, pero necesitan reglas claras y duraderas. Si el Estado quiere más divisas, debe apostar a incrementar la producción y no a retener un porcentaje cada vez mayor de una torta que se achica.