08/05/2012

Soja: la sequía deja fuertes pérdidas en campos alquilados

Según un estudio, quienes arrendaron tierras sufren un quebranto de 60 dólares por hectárea. Por Fernando Bertello | LA NACION

Ni la fuerte escalada alcista que tuvo el precio de la soja alcanza para compensar los magros rindes promedio de la cosecha y las pérdidas económicas que registran los productores en campos alquilados , modalidad que ocupa el 60% de la agricultura.

Mientras la soja ronda los US$ 540 la tonelada en la Bolsa de Chicago y US$ 350 en el mercado local, con el actual rinde promedio, avanzada más del 60% de la cosecha, se ubica apenas en torno de los 24 quintales por hectárea. Así, quienes alquilaron campos para producir están perdiendo en promedio en el país unos US$ 60 por hectárea.

Según un estudio de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), con sede en Córdoba, con ese rinde y los actuales precios hoy una hectárea de soja deja un ingreso bruto de US$ 1320 por hectárea. De ese valor, el inquilino de la tierra debe resignar US$ 462 por retenciones que cobra el Estado. Además, tiene que enfrentar costos y gastos en general (directos e indirectos, entre otros) por US$ 498 y pagar, encima, un alquiler de US$ 420 la hectárea, valor que Cartez toma como promedio para las distintas zonas productivas.


Deducidos todos los egresos sobre el ingreso, la cuenta final da negativa para quien produce en tierras alquiladas. "El que alquila va a estar perdiendo esos 60 dólares por hectárea en la actual campaña", señaló Néstor Roulet, presidente de Cartez.

Paradójicamente, mientras el que arrienda pierde un promedio de US$ 60 por hectárea, el Estado se está llevando, entre retenciones y otros impuestos, nada menos que US$ 683,98 por hectárea. Dicho de otro modo, se queda con el 51,8% del ingreso de una hectárea de soja. Según Cartez, el Estado va a recaudar con la soja un total de 11.451,2 millones de dólares entre derechos de exportación y otros tributos.

PREOCUPACIÓN

Por lo pronto, en varias zonas hay preocupación porque los rindes son menores de lo esperado. "Lotes que antes rendían 40 quintales por hectárea ahora están en 30 quintales y los que daban 30 cayeron a 20 quintales. La situación está complicada por los alquileres", expresó Santiago Barberis, asesor técnico en el norte bonaerense.

En esa región, hubo productores que pagaron alquileres equivalentes a 18 quintales de soja o más. En dólares, son US$ 600 por hectárea (más que el promedio del estudio de Cartez). Y afrontaron un costo de producción de 11 quintales.

Si se suman los dos ítems, la cuenta allí da un costo de 29 quintales. Es decir, en ese escenario, se necesitan por lo menos 29/30 quintales para salvar los costos. Pero como al interior de esa región se pueden encontrar varios lotes que bordean los 24 quintales, si se considera este rinde, y habiendo pagado esos alquileres muy altos (US$ 600 o más), en esos casos los quebrantos podrían tocar hasta los 200 dólares por hectárea para el inquilino.

En este contexto, de acuerdo con un modelo de costos y rindes de Guillermo Aiello, de la firma ALM, en el centro de Santa Fe el productor que alquila debe sacar 23,9 quintales por hectárea para no perder plata. Llamativamente, alcanzando el rinde promedio de 24 quintales apenas le quedaría a su favor 1,30 dólares por hectárea, es decir, muy poco para pensar en encarar la próxima campaña. Más aún, si el rinde baja a 23 quintales, el margen queda negativo en 26 dólares por hectárea.

En su último informe semanal, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires también da cuenta de que hay zonas con rindes mucho más bajos. Por ejemplo, en el NOA está en 11,7 quintales por hectárea; en el NEA, 9,2 quintales, y en el centro norte de Córdoba, en 19,8 quintales.

En el estudio de Cartez se ve claramente también el contraste entre el inquilino que pierde US$ 60 por hectárea y la del dueño del campo que da en alquiler la tierra. Según la entidad, tras cobrar un alquiler de 420 dólares la hectárea y deducir costos e impuestos como ganancias y bienes personales, entre otros, al propietario de la tierra le quedan US$ 164 por hectárea. Participa del 12,3% del reparto de la torta de la soja.