El diario La Voz del Interior publicó ayer dos notas que bien merecerían ser tomadas muy en cuenta, tanto por autoridades como por la población en general. AGROVERDAD
Uno de los artículos, firmado por Ary Garbowetzky titulado “Alerta naranja en la situación social en Córdoba”.
Cabe recordar que hace pocas semanas, la Iglesia de Córdoba advirtió que podría no estarse muy lejos de arrimarse a una situación parecida a la Rosario.
Ataques a balazos
Una segunda nota publicada por La Voz en su edición dominical, firmada por Carlos Calderón, titulada “Balaceras. En la Capital, 8 robos con disparos en menos de un mes”, que reseña una sucesión de robos de motochorros u otros episodios, en los que los delincuentes dispararon sobre sus víctimas, causándoles graves heridas.
Menciona que aparte de esos hechos, se estima que hay otros que no han sido denunciados.
Son dos artículos que merecen ser leídos y debidamente agendados, porque describen situaciones que deben interesar y preocupar a todos los ciudadanos.
Recomendamos su lectura.
Alerta Naranja
La nota de Ary Garbowetzky, en apretada síntesis, reseña lo siguiente:
Los más pobres estaban mal y están peor, pero lo que llama la atención hoy es la gran cantidad de personas que se desgranan de la clase media y no tienen estrategias entrenadas para sobrevivir con necesidades básicas insatisfechas.
Existe un semáforo de la vulnerabilidad social en Córdoba, con rojos, amarillos y verdes según cómo se satisfacen o no las necesidades básicas. En ese indicador, que no es público y elabora el Observatorio Social de la Secretaría de Políticas Sociales de la Municipalidad de Córdoba, el rojo ya es bermellón, pero empieza a preocupar también la manera en que el amarillo se tiñe de anaranjado.
Los cordobeses que tienen un índice de prioridad social (IPS) muy alto son 124 mil. Y otros 338 mil están en un nivel alto de necesidades básicas insatisfechas (NBI). Esos son los rojos. Pero otros 362 mil cordobeses capitalinos tiene un nivel medio y se pintaron, en el relevamiento, en amarillo. Es allí donde se ubica una nueva tensión social: personas con trabajo o jubilaciones, pero que están bajo la línea de pobreza y no cuentan con el expertise para sobrevivir con escasos ingresos.
“Es gente que tiene vergüenza de pedir ayuda y no sabe cómo hacerlo, a diferencia de quienes son pobres estructurales, que cuentan con múltiples saberes y estrategias”, describe un funcionario del área social de la Municipalidad.
En naranja están quienes en los últimos años no pudieron renovar el alquiler y se hacinaron con otra parte de la familia; están quienes dejaron la educación privada o el club, o vendieron el auto y se pasaron a una moto o a andar en colectivo; quienes empezaron a hacer una comida en el comedor comunitario y, también, quienes piden por primera vez en sus vidas acceder a algún beneficio diseñado para la pobreza o la indigencia.
Balaceras
Por otra parte, el artículo de Matías Calderón, señala que “compleja trama delictiva delictiva cotidiana emerge una preocupación (… por) los ocho ataques a balazos que fueron registrados en menos de un mes”.
“La “mala puntería”, la buena fortuna y la labor de los médicos ordobeses son otras de las claves que explican que todavía no haya que lamentar muertes”.
Adjunta una mapa sumamente ilustrativa, que adjuntamos a continuación: