27/02/2012

Negociar por un equilibrio

 Por la caída de los rindes en maíz, hay negociaciones entre los contratistas y los productores por el precio del servicio de recolección; se busca que, en medio del impacto de la sequía, ambos actores cubran sus costos. Por Fernando Bertello | LA NACION


Ante los bajos rindes y las trabas oficiales


Cuando faltan pocos días para que tome ritmo la cosecha de maíz en la zona núcleo, los contratistas que prestan el servicio de recolección se sienten tan golpeados como los productores por la sequía. Y no es para menos: por la destrucción de rindes en muchos maíces de primera, están frente a la realidad de que no podrán cobrar las tarifas que proyectaban para esta campaña. Antes de la sequía, habían confeccionado tarifas con un aumento promedio del 24% respecto del ciclo pasado.

Ese porcentaje representaba justamente el incremento en los costos que sufrió su actividad, en especial por el gasoil. Sin embargo, ya hay negociaciones abiertas en varias zonas para que los productores puedan pagar un precio que contemple su caída en los rindes y los contratistas cubrir sus costos. Es decir, buscar un nuevo punto de equilibrio con las tarifas. La Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), entidad que agrupa a 4200 de los 10.000 contratistas que hay en la Argentina, ya está dando un gesto en este sentido. Según contó Jorge Scoppa, presidente de la entidad, bajará la base para la tarifa de la cosecha de maíz. El precio mínimo, que antes de la sequía se fijó en 375,4 pesos para un rinde de 46 quintales por hectárea, ahora será de $ 330/340 para un rendimiento de 30 quintales por hectárea. Se trata de una merma mayor al 10 por ciento.

"La película cambió y ahora hay que replantear las cosas. Cuando elaboramos los costos se proyectaba un 24% de aumento, pero bajamos la base [de la tarifa] por la sequía. Si hay un maíz de 70 quintales, tal vez se va a poder cobrar lo que figura en la lista [para ese rinde, el precio se fijó en 431,3 pesos por hectárea en diciembre pasado], pero como en la zona núcleo muchos maíces van a rendir menos de eso en esos casos no se va a poder cobrar la tarifa. Habrá que hacer arreglos por debajo", precisó Scoppa. "Vamos a terminar cobrando como el año pasado, porque los bajos rindes van a ser muchos", agregó.

El presidente de Facma explicó que la decisión de bajar la base de la tarifa es "para paliar un poco la situación de la sequía". Pero aclaró: "Cobrando eso el contratista prácticamente salva los costos y no logra una amortización para pagar la máquina o renovarla".

En líneas generales, hacen falta cinco años para amortizar una cosechadora que vale unos 400.000 dólares. El equipo debe trabajar 2500 hectáreas de cosecha gruesa y 1500 de fina. Para tener en cuenta, con el servicio de cosecha de maíz el 23% de lo que recauda el contratista se destina para amortizar la máquina, según estimaciones de Facma. Como informó La Nacion en enero pasado, Facma proyectó que por el impacto de la sequía los contratistas facturarán 384,8 millones de dólares menos.

En negociaciones

Sergio Marinelli, un contratista que trabaja en Venado Tuerto y zonas cercanas con dos cosechadoras, está negociando con clientes que conoce de años. "Buscamos negociar con los clientes para hacer un esfuerzo entre todos con el fin de tratar de cubrir nuestros costos y tener una ganancia. No creemos que trabajemos a pérdida, pero las ganancias van a ser escasas, ya que el año pasado cobrábamos entre 400 y 450 pesos para soja y maíz (para rindes promedios de 40 quintales en la oleaginosa y 110 quintales en el cereal) y este año, debido a la seca, vamos a estar entre 250 y 300 pesos", contó. "Se trata de una baja importante en medio de los aumentos de costos, como el gasoil, que pasó de 4 pesos a casi 6 pesos y hoy es lo que más impacta dentro de los costos", agregó.

La incidencia del gasoil desvela a los contratistas de servicios. Andrés Miquelarena, que trabaja con tres cosechadoras en la zona de Tandil, Azul y Rauch, contó que el combustible hoy representa de $ 100 a 120 por hectárea.

Según Scoppa, un equipo con una cosechadora, un tractor con tolva y camioneta gasta unos 12 litros de gasoil por hectárea. Y particularmente en maíz el 24% de lo recauda el contratista se destina para cubrir el rubro combustible y lubricantes.

"Estamos explicando a los clientes cuáles son nuestros costos y conversando sobre las tarifa", indicó Miquelarena, que ya estaba aguardando empezar con la cosecha de girasol. Para Miquelarena, en girasol con una tarifa de menos de 250 pesos el prestador del servicio pierde plata. "Tendríamos que estar en una tarifa de 350 pesos, pero lo que se está tratando de hablar es de 250 a 310 pesos para un rinde de 2000 a 3000 kilos", dijo.

Los contratistas destacan que este año no les va a quedar capacidad para reinvertir. "Este año va a ser para mantener las herramientas, pero no para reinvertir. Es para pagar el personal y cumplir con endeudamientos pautados", aclaró Miquelarena a La Nacion.

"No se va a reinvertir en máquinas nuevas", coincidió Marinelli, que en las zonas que trabaja en el sur de Santa Fe prevé de 40 a 50% menos de rindes en maíz y una caída de 30 a 35% en soja.

También Omar Vaudagna, contratista, señala que no es una campaña para poder invertir. O "largarse a hacer negocios", como prefiere decir. "Va a ser un año malo. Uno va a salir a cobrar sin contar la amortización", precisó.

Vaudagna opinó que la negociación con los productores chicos viene "fácil". Pero no espera lo mismo de la negociación con los grandes pools de siembra. "En un año con menor cosecha nos van a querer pagar menos", afirmó.

Por lo pronto, en algunos lugares de la zona núcleo los rindes de los primeros lotes cosechados vienen con malas noticias. Osvaldo Montanari, productor, contó que al sur de Villa Cañas algunos lotes se picaron directamente y los que quedaron "muy quemados" están con un nivel de 15, 20 a 30 quintales por hectárea. Para Idiazábal, Córdoba, la Bolsa de Cereales provincial prevé un promedio de 40 quintales, contra un promedio de 87 quintales en las últimas cuatro campañas.

Además de enfrentarse a una difícil situación en la cosecha gruesa, muchos contratistas de servicios tienen en su mente un mal recuerdo de la recolección de trigo, porque en medio de los problemas de los productores para vender y la baja del cereal cobraron menos de lo que esperaban. "Ya se tuvo que negociar con el trigo y se cobró, aún con buenos rendimientos, entre 50 y 100 pesos menos que el año anterior", subrayó Marinelli.

EN VOZ ALTA

Andrés Miquelarena

Contratista

"Estamos explicando a los clientes cuáles son nuestros costos y conversando sobre las tarifas. Hay que hacer un número que el productor pueda pagar y el contratista cubrir los costos".

Omar Vaudagna

Contratista

"Este es un año para salvar los costos y cobrar sin contar la amortización de los equipos. Nuestros costos subieron un 30% entre repuestos, combustible, mano de obra y traslado por carretones":

Jorge Scoppa

Presidente Facma

"Nuestras tarifas están definidas, pero el problema es aplicarlas. Va a haber que hacer arreglos apuntando a conservar el cliente. Se baja la base de la tarifa para paliar la situación".

Sergio Marinelli

Contratista

"Negociamos con los clientes para tratar de cubrir los costos y tener un porcentaje de ganancia, porque si cobramos bajo no reponemos nada. Va a ser un año duro para los contratistas".