MSCI volvió a sorprender. A contramano de lo que se preveía, la firma anunció la reclasificación de la Argentina a la categoría de stand-alone en lugar de hacerla descender al nivel de Frontera. El país queda así excluido de todos los índices de MSCI, lo que representa un golpe aún más duro que el que esperaba el mercado.
A través de su Revisión Anual de Clasificaciones de Mercado, MSCI determinó que la Argentina pierda la categoría de Emergente, a la que accedió en junio de 2018 pero a la que no ingresó formalmente hasta mayo de 2019.
Si bien un downgrade estaba prácticamente descontado, la decisión supone un empeoramiento de las condiciones de acceso al financiamiento. El país queda así en la misma situación que países como Jamaica, Panamá, Trinidad y Tobago, Botswana, Zimbabwe, El Líbano o Palestina. Dentro del estatus stand-alone también se encuentran economías como la de Bosnia, Bulgaria, Islandia, Malta y Ucrania.
La misma firma había prácticamente anticipado hace un año que la Argentina perdería su lugar entre Emergentes. En junio de 2020, MSCI había decidido darle una chance más al país manteniéndolo dentro de ese nivel pero con una clara advertencia: sería removido de dicho grupo en caso de que persistan los deterioros en la accesibilidad al mercado. Es decir, si persistían los controles de capitales instalados hace casi dos años.
Desde entonces el cepo cambiario no solo no fue removido sino que se endureció.