16/03/2012

La "nueva agenda" agroindustrial

Opinoón. Leonardo J. Sarquís, Director General de la consultora Confiagro. EL CRONISTA

Con el nuevo período presidencial de CFK, debería haber comenzado una nueva etapa en el análisis de la problemática y las oportunidades que tiene el sector Agroindustrial. La problemática del sector sigue siendo muy amplia, ya que cada segmento de la agroindustria requiere soluciones postergadas a sus temas particulares, aunque todas deberían apuntar a aprovechar todas las oportunidades que el mundo nos muestra desde hace años. El tema de la sequía “estival” hizo que el foco de cualquier discusión haya sido ese, y está bien. Es cierto que ese mismo mundo de oportunidades tiene hoy países en crisis y precios de los commodities variables. También es cierto que las proyecciones y estimaciones que había para nuestra cosecha gruesa, van a variar y mucho por las consecuencias de la sequía. Este escenario hará que las toneladas a cosechar sean menores, con la consecuencia de una menor entrada de divisas (por conceptos de retenciones) generales para las arcas del estado y menores ganancias a la cadena productiva. Esta es la realidad y la actualidad, y así comenzamos el 2012. Otro punto a analizar son los números que se tomaron para la confección del Presupuesto Nacional 2012, donde se cumplirá. Sí sabemos que en lugar de 51 millones de toneladas, llegaremos tal vez 47,5... Es probable que ninguno de los valores estimados se cumplan; y surge preguntarse que se hará ante este escenario... ¿De dónde se sacarán el dinero equivalentes que este sector tan importante de la economía no podrá dar en este año?

La “foto” del 2012 para el sector será distinta a la del año que dejamos atrás. Esto debe marcar una nueva agenda agroindustrial para las autoridades, funcionarios, empresarios, productores y todos los actores de la cadena. Los vientos de cola parecen estar calmos, y necesitaremos “muchos ventiladores” para hacerlos agitar... La previsibilidad, la definición de políticas y reglas claras, la generación de confianza para el mercado interno y externo, la posibilidad que los productores (cada vez hay menos de ellos...) puedan acceder a fuentes de financiamiento accesibles y realistas, el que el sector ganadero pueda tener políticas de largo plazo que le sirvan para poder invertir con confianza y tranquilidad (en un sector que requiere de plazos largos para ver su rentabilidad), el que las economías regionales tengan mercados para sus producciones tanto interna como internacionalmente, el que las provincias productoras se integren para maximizar sus beneficios y sus fortalezas, en lugar de competir para ver cuál es la mejor, el que todas las representaciones argentinas en el exterior sean “incubadoras de negocios para el sector” y sean “emisores de órdenes de compra de nuestros alimentos”, el que nunca más tengamos que estar dependiendo del futuro del sector, por el cierre y las trabas en la comercialización de nuestros productos, el que no haya más ROE’s ni cupos a las exportaciones de granos;... en fin la lista es larga, pero es de estos temas de los que hay que sentarse a hablar en serio de una vez. Desde hace tiempo damos y damos vueltas, nos cansamos, nos desgastamos y nada pasa. Basta un ejemplo, este 2012 la Argentina será el 4º país exportador de carne en el Mercosur (148.000 tns), atrás de Brasil (820.000 tns), Paraguay (260.000 tns.), Uruguay (185.000 tns). En 2009 nuestro país exportó casi 690.000 tns, y hace 12 años éramos el 2º país exportador mundial de carne. ¿Qué pasó? ¿Y juntarnos a solucionar este y los otros temas. ¿Podemos seguir permitiendo que se cierren frigoríficos? Hace 1 año teníamos 400 frigoríficos activos y hoy hay menos de 290. ¿Podemos seguir teniendo millones de toneladas de Trigo y Maíz sin comercializar en forma “normal” cuando el mundo los necesita? Uno escucha los relatos de autoridades y percibe que estamos ante discursos que sólo quieren el reconocimiento de lo que se pudo haber hecho (muy poco) y nada se escucha sobre el futuro, las oportunidades y el cómo las vamos a aprovechar. Es como el relato de algo viejo... se mira el pasado pero no el futuro.

El PEA (Plan Estratégico Agroalimentario) es un inicio y un escrito de buenas intenciones y deseos, pero falta lo principal: el cómo lo vamos a hacer. Hay muchos que saben cómo poder llegar a esos objetivos y cómo hacerlos posibles. Siempre me pregunto el porqué se nos escapan las oportunidades. Y la única conclusión es que nunca logramos profundizar con el análisis de las soluciones entre todos los actores. ¿Por qué siempre reaccionamos cuando ya el agua (en este caso la sequía...) nos tapó el cuello, es decir, cuando ya la crisis la tenemos encima..? Podemos ser mucho más previsibles y anticiparnos a los problemas que seguramente van a venir, y estar preparados para enfrentarlos, sin tanta incertidumbre. La proactividad, la planificación y el dialogo son las claves para enfrentar las situaciones en forma preventiva. Hay países donde la evaluación previa de posibles problemas agroclimáticos como las sequías, las inundaciones, las heladas son temas de estado y a partir de esos análisis y sus posibles consecuencias, se toman las medidas que “palearán” la situación y los “ánimos y bolsillos” de los productores para pasar mejor esos momentos. Acompañando estas acciones son fundamentales las formas de comunicación que se utilicen para no generar “restricciones por miedo” a lo que vendrá, y si generar “cautela y planificación para evitar males peores”. Estamos en un momento histórico para buscar unidad y dialogo en los grandes temas que preocupan, y encontrar caminos de solución.

Miremos el caso de México: durante éste año y el que viene deberán importar por lo menos el 50% de los alimentos que consuman, producto de haber pasado sequías, inundaciones y heladas en las últimas dos campañas; también los países asiáticos (árabes, china, medio oriente) y africanos (no solo Angola...). Si analizamos juntos, unidos, dialogando y apuntando a políticas y planes y programas de mediano y largo plazo que generen estabilidad, reglas claras y por lo tanto confianza, las inversiones vendrán, pese a la coyuntura. Es una humilde sugerencia para que se tenga en cuenta. Espero que no sea solo eso, y menos un sueño, el que de una vez por todas, encontremos un sector unido y planificando un país mejor para los próximos 10 años, pero en serio, con profesionalismo y de verdad.