06/12/2021

El productor al que acusaron de "genocida" comparte una imagen reveladora de su campo

En la producción agropecuaria se usan fitosanitarios para proteger a los cultivos de plagas, malezas y enfermedades y poder producir alimentos en cantidad y calidad. AGROFY NEWS
 

La campaña de un colectivo de actores y figuras del espectáculo, liderado por Leonardo Sbaraglia, Laura Azcurra y Francis Mallmann, que apunta contra el campo, generó malestar y numerosas respuestas en el sector.

#BastaDeMiedos

A través de la campaña #BastaDeMiedos, la ‘Producción no es ficción’, los productores salieron a responder para que no se desinforme a la sociedad y que se hable con base científica. Entre las numerosas repercusiones, está la de Esteban Bilbao, un asesor y productor, que hizo viral una carta abierta en la que asegura sentirse señalado como un genocida por producir alimentos.  

“Este tipo de cosas me enojan porque se tocan temas muy complejos y hay muchas personas en el sector agropecuario trabajando para seguir produciendo y salen famosos, muy livianamente, contratados a hablar en contra del trabajo que todos los días hacemos sin fundamento científico y sin conocimiento”, se descargó en diálogo con Agrofy News. En el sector en general, los ánimos están muy caldeados con las repercusiones de distintas figuras del espectáculo y la televisión nacional. 

Bilbao produce alrededor de 150 hectáreas en Necochea, en el sudeste de Buenos Aires. Y, así como él, existen decenas de agricultores de esta magnitud que se ven perjudicados por este tipo de declaraciones públicas. “Esto me genera la necesidad de responderles desde el respeto y cuidando las formas para no dejar que quede explicitado mi malestar en lugares donde la gente sale a informarse. Necesitaba refutar los temas a esta gente que sale a decir cosas que no están fundamentadas. Hay muchos estudios que demuestran las Buenas Prácticas y que se trabaja bien”, amplió. 

En la carta pública sostiene que ha vivido acusaciones de “forma liviana” sin fundamento científico sobre su trabajo. “Una vez me llegaron a decir genocida. Fue en un ámbito de debate con concejales y activistas que me dijeron esa palabra. Es bastante extrema. Lo primero que me generó fue una gran sorpresa. En esa oportunidad no me enojé tanto, creo que fue por el momento, pero después tuve una sensación de injusticia, como si uno anduviera con un arma”, comparó.

 

El sector permanentemente es objeto de ataques y campañas similares que surgen en las redes sociales. Sucedió el año pasado contra los productores hortícolas, las granjas porcinas y las declaraciones de María Becerra sobre la ganadería. Antes de reaccionar, dice el productor, es necesario hacer una pausa, analizar y entonces responder de forma respetuosa para poder tomar partido. “Yo voy a los campos que asesoro cada dos semanas para ver qué hay. Tomo decisiones en base a la información que hay disponible de expertos de INTA y entidades especialistas, para ver si hay algo nuevo y  tomar alguna acción”, comparó.

La campaña que surgió en Twitter y que creen que está financiada con “fondos que nadie sabe”, dice que pertenece a una ONG. “Contratan gente famosa, hacen una producción de video muy buena como este que salió publicado para perjudicar”, sostuvo. De esta forma, los agricultores terminan chocando y enfrentándose con activistas que generan “agresiones verbales” con el afán de generar ruido en la sociedad. “Son los modos que usan para salir a acusar y generar ruido porque es su modus operandi. Son agrupaciones que tienen determinada ideología política atrás. Y siempre hay un malo en la película; esto a la política le sirve. Al campo se lo ve como un sector poderoso, pero está conformado por gente común que no tiene el tiempo ni las ganas de discutir”, analizó. 

Uno de los puntos que aclara Bilbao en la carta es que en la producción agropecuaria usan fitosanitarios para proteger a los cultivos de plagas, malezas y enfermedades y poder producir alimentos en cantidad y calidad. De la misma forma que se utilizan químicos en medicina, limpieza del hogar, combatir plagas en las ciudades (ratas, mosquitos, cucarachas, moscas, malezas en lugares públicos y jardines). “Los fitosanitarios son necesarios para trabajar con la mejor calidad. Si no se usan tenemos un rendimiento de entre un 20% y 50% menores de los que sí se usan y la calidad del producto no es la misma. Por ejemplo, hay un hongo que queda en la espiga y puede despedir microorganismos que son cancerígenas, todo por no querer usar un fungicida”, explicó. 

La imagen de un árbol intacto en el medio de un lote.

Buenas prácticas agropecuarias

Además, afirma que si bien en algunos lugares está prohibido usar agroquímicos, la producción necesita un tratamiento idóneo para evitar que los alimentos desarrollen hongos dañinos para el ser humano. En esa línea comparó lo que sucede con la vegetación dentro del campo y a los extremos, cuando se aplican estos productos, con tolerancia a estas aplicaciones. “Los fitosanitarios bien utilizados no son dañinos. En los campos lo vemos todos los días: árboles, flores y vegetaciones espontáneas cerca de la producción que no molestan ni se afectan y están al lado de donde se hacen aplicaciones”, agregó.

Por otra parte, dice que siempre trata de evitar tanto como le sea posible las aplicaciones. “En promedio, por año se aplican cinco veces en cada lote. No es que todos los días aplicamos agroquímicos y son tres litros en 10 mil metros cuadrados. Uno termina pulverizando cinco veces al año y que te digan que uno genera daño a la gente, cuando en realidad se usan productos aprobados, porque hay leyes que los permiten, los aprueban, genera enojo”, arremetió. En el documento explica que los estudios que se vienen desarrollando en agua, tierra y aire se han detectado fitosanitarios en algunos casos, pero siempre en cantidades aceptadas por los organismos de control nacionales e internacionales. Así como se encuentran otros contaminantes originados por la actividad humana, como muchos de origen natural.

Por último, Bilbao reconoce que en la agronomía, como en otras profesiones y oficios, hay gente que trabaja bien y hay quienes no lo hacen, y por uno terminan pagando todos. “Lo que muchas veces no se sabe es que la función del ingeniero es la del profesional y es quien interpreta qué hace falta o no. Es quien determina la aplicación de agroquímicos o no, al igual que lo hacen los médicos. Ellos usan químicos para matar hongos y bacterias y no se cuestiona el estudio que hay detrás”, añadió. La información de las asociaciones de médicos y toxicólogos indican que es muy difícil que llegue una cantidad detectable a gente de las ciudades, que lo importante es ver la cantidad, también analizar otros químicos de otros orígenes. 

“¿A vos te gustaría que te acusen de asesino, envenenador, genocida? Cuando cualquiera puede acusarnos de esto por usar combustibles fósiles, tirar insecticida en tu casa, lavandina en tu baño, y ni hablar si tenes una industria o un comercio y usas químicos para limpiar, desinfectar o combatir bichos. A mi no me gusta, realmente me hace sentir muy mal, y trabajo todos los días para que las cosas se hagan de la mejor forma posible”, se despidió en la carta abierta.