El Día del Cerealista en Argentina se celebra el 14 de agosto por una iniciativa de un grupo de entusiastas de Buenos Aires.
Día del Cerealista del 14 de agosto
El Día del Cerealista es una fecha representativa para el sector agropecuario argentino que se celebra desde el 14 de agosto de 1926.
La conmemoración del Día del Cerealista es una iniciativa de diferentes gremios vinculados al comercio y la industria de la producción agrícola nacional.
Mario Acoroni, de la Bolsa de Comercio de Rosario, destaca que el espíritu de sus promotores fue no sólo establecer un día del año para hacer un alto en las labores habituales para estrechar relaciones y fomentar la amistad y camaradería, sino también procurar la concurrencia de todas las fuerzas productivas en una decidida acción para impulsar la expansión de la producción agrícola y el perfeccionamiento de la industria y el comercio de los cereales, “fuente de riqueza y piedra angular en la que descansa la economía nacional”.
La iniciativa de celebrar el Día del Cerealista nació de un grupo de socios de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. La idea despertó entusiastas adhesiones del comercio, la industria y la banca, de las empresas ferroviarias y la prensa, como también del Ministerio de Agricultura y otras reparticiones públicas.
El acto principal consistió en un gran banquete servido el 13 de agosto de 1926 en el porteño Prince George’s Hall, al que asistieron más de 300 comensales de todos los sectores de la actividad económica nacional. Estuvieron presentes, entre otras:
En la oportunidad hablaron el Presidente de la Bolsa de Cereales, Don Gerónimo Morixe, y el Ministro de Agricultura, Ing. Emilio Mihura.
Al momento de celebrarse el primer Día del Cerealista, tanto la Cámara Gremial de Cereales como el Mercado de Cereales a Término de Buenos Aires, funcionaban en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. En ese entonces, la Bolsa de Cereales era el centro de acopio de bienes de la campaña bonaerense destinados a consumo, que se comercializaban en los mercados de abasto metropolitanos y suburbanos, contando con una importante presencia de molineros y escasa representación de firmas exportadoras; éstas concentraban su actividad en la Bolsa de Comercio. Recién en el año 1965 se concretaría la unificación de todas las entidades cerealistas de Buenos Aires en la Bolsa de Cereales.
A diferencia de lo que acontecía en la Capital Federal, la Bolsa de Comercio de Rosario (creada un 18 de agosto de 1884) reunía desde sus orígenes a todas las actividades relativas a la comercialización de productos agrícolas.
El 14 de agosto de 1927 por la noche se sirvió un memorable banquete en la Rottisserie Cifré. Desde aquellos lejanos ’20 y durante mucho tiempo, el Día del Cerealista se festejó alternativamente en Buenos Aires y Rosario. Más adelante, bajo los auspicios de nuevas entidades gremiales o empresarias que se fueron creando, otros sitios del interior del país abrieron sus puertas a la celebración.
Mario Acoroni recuerda que las conmemoraciones no se limitaban a una simple vocación festiva, eran circunstancias en las que se ponían de resalto los logros y vicisitudes que sacudían a nuestra agricultura. A título de ejemplo, algunos de los problemas enunciados en las primeras épocas eran: las elevadísimas barreras arancelarias que se imponían a las importaciones de nuestros productos; el impulso de una legislación inteligente y equitativa sobre los latifundios y la subdivisión de tierras; el fomento sistemático de la “buena” inmigración; la selección de semillas aptas para las distintas regiones de cultivo; la mecanización del agro; la creación de elevadores, galpones y tinglados para facilitar el manipuleo de las cosechas; el dragado de los ríos y la apertura de nuevas vías fluviales y ferroviarias; el establecimiento de una adecuada legislación sobre los “trusts”.
Es fácil advertir que varias de esas preocupaciones supervivieron a través de las décadas y fueron motivo de reclamos permanentes de los cerealistas; aunque se incorporaban nuevos dilemas: la intervención creciente del Estado en la economía, la ineficiente gestión oficial en el manejo de los espacios públicos, la discriminación del agro respecto de otras actividades, la incidencia de los impuestos …
Con el correr de los años, el debate sobre los temas que inquietaban al sector fue trasladándose a otros foros de análisis más específicos. Así, durante la segunda mitad de la década de los 70, la Bolsa de Comercio de Rosario organizó las Jornadas Nacionales de Comercialización Cerealista, encuentros en los que se consideraban, con la presencia de funcionarios nacionales y actores de todo el país, las cuestiones de interés del comercio de granos.
A partir de 1985, la programación de los actos alusivos al Día del Cerealista en la órbita de la institución quedó a cargo de la Asociación de Cerealistas de Rosario (ACROS), que se constituyó precisamente para promover y desarrollar entre sus miembros actividades sociales, culturales y deportivas, incluyendo en muchas ocasiones jornadas de camaradería con sus pares de Buenos Aires.
Lo cierto es que se mantiene viva la tradición del Día del Cerealista, cada 14 de agosto, de confraternizar y estrechar relaciones entre todos los partícipes del ámbito cerealista, siempre con el espíritu y la vocación de promover aunadamente el progreso del comercio de granos.
Anécdota detrás del Día del Cerealista
Retomando los orígenes de la conmemoración, en 1927 –el año siguiente de la instauración del Día del Cerealista– los festejos se trasladaron a Rosario, congregándose entidades, empresas y personas de todo el país. La comisión organizadora de los actos estuvo integrada por los señores Eduardo Grimaldi (Secretario de la Bolsa), César Bertotto (Presidente de la Cámara Arbitral de Cereales), Eugenio Vogt (Presidente del Mercado de Productos Nacionales), Eduardo Díaz (Presidente del Centro de Corredores y Comisionistas) y Pablo Baiocchi (Presidente de la Sociedad Rural de Cerealistas).
Como hecho anecdótico, la delegación de Buenos Aires fletó un vapor, “El Guaraní”, para trasladarse a Rosario. Al recibir a los visitantes en el puerto rosarino, el Presidente de la Bolsa, Don Manuel Ordoñez, expresó: “Desde hace años existe entre las diversas instituciones similares de aquí y de Buenos Aires, la reciprocidad para los socios; pero el caso actual es sin precedentes. En vosotros están representadas por sus miembros más caracterizados, la Bolsa de Comercio y la Bolsa de Cereales, en todas sus ramificaciones; y espero que esta visita consolide los lazos de unión entre todos los que deseamos el progreso del país. La agricultura es la principal fuente de riqueza nacional; y es de la unión de todos los que en una u otra forma cooperamos a ella, que dependerá su mayor progreso”.
El Presidente de la Bolsa de Cereales, Dr. Alejandro Ávalos, luego de retribuir el homenaje, sintetizó el sentido de la fecha e hizo notar que “tan pronto surgió la idea de la celebración, se pensó de inmediato en los cerealistas rosarinos, por ser esta plaza uno de los principales centros mundiales en las transacciones cerealistas.” Ese 14 de agosto de 1927 por la noche se sirvió un memorable banquete en la Rottisserie Cifré.