27/01/2020

Trigo a U$S 200: ¿momento de vender y hacer caja?

La firma demanda de la exportación y la necesidad de los molinos por el trigo disponible, elevan los precios del cereal. AGROVOZ

Pablo Adreani

Se habla mucho de la necesidad actual de compras de mercadería física y disponible de trigo y de maíz, por parte de la industria molinera, de las avícolas, de los feedlots y del resto de los actores que generan la demanda interna de estos productos.
En frente, en el banquillo de los acusados, se menciona al productor como el principal culpable de no aumentar la oferta de estos cereales, debido a que, aparentemente, se resiste a vender y genera una psicosis de falta de abastecimiento en el mercado interno. Nada más alejado de la realidad.
Se puede disculpar a quienes, no siendo del sector, acusan a los productores de especular y no querer vender: en muchos casos se trata de una posición ideológica y, en otros, sólo ignorancia sobre cómo se comportan los mercados y cómo operan las fuerzas de oferta y demanda tanto en el plano local como internacional.
En cambio, aquellos que sí son del sector, como los transformadores de proteínas vegetales en proteínas animales y que van a golpear las puertas de los funcionarios para que apliquen medidas “pseudo correctivas” que generen una mayor oferta interna, restringiendo o anulando la demanda de la exportación. No merecen ser disculpados. Ellos saben muy bien cómo operan los mercados.
Hoy, con la información on line disponible de la evolución de las ventas de los productores y de las compras de la industria y de la exportación, actualizada en forma semanal, cualquier agente comercial puede ver con claridad cómo evolucionan la oferta y la demanda. Y no debería sorprenderse si se registra una caída de la oferta estacional, que tiene sus fundamentos bien demostrados y públicamente conocidos.
Ventas anticipadas
La fuerte oferta de trigo por parte de los productores, que se volcaron a vender en forma masiva y más allá de lo normal luego del resultado de las elecciones presidenciales y ante la expectativa de un incremento de las retenciones, era obvio que iba a generar una caída de la oferta de trigo disponible una vez terminada la cosecha.
De todos modos, las ventas por parte de los productores realizadas entre el 18 de diciembre y el 15 de enero pasados llegaron a un total acumulado de 1,33 millones de toneladas.
No se puede decir que han especulado o retenido y no han querido vender trigo. Por el contrario, se trata de un volumen de operaciones que sorprende.
Los que no pueden manifestar sorpresa son los molinos, que sabían muy bien cuánto trigo habían comprado los exportadores y que es usual en todas las campañas que, una vez terminada la cosecha, la oferta se restrinja, pues los productores que tienen la posibilidad de retener lo hacen, con el fin de vender más adelante cuando generalmente logran capturar un mejor valor.
Precios por el ascensor
Sin embargo, la coyuntura actual del mercado marca una firme demanda por trigo argentino por parte de destinos no tradicionales, como consecuencia de la sequía y los incendios en Australia. Esto provocó que el trigo disponible superara los 200 dólares por tonelada.
El miércoles pasado, por caso, el cierre en el Matba-Rofex fue de 205 dólares para la posición disponible sobre dársena en Bahía Blanca y de 221 dólares para mayo, mientras que para los puertos de Rosario, los precios oscilaron entre 209 (disponible) y 218 dólares (julio).
De acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, la Argentina exportará 1,2 millones de toneladas de trigo a Asia. Países como Indonesia, Vietnam, Tailandia y Filipinas están demandando trigo de nuestro país que no pudo ser abastecido por competidores como Australia, Estados Unidos y, en menor medida, Rusia.
Esta mayor demanda se suma a la necesidad de trigo disponible por parte de los molinos harineros y provoca la suba de los precios.
En este marco, la sugerencia para aquellos productores que tienen trigo disponible es que vendan cuando el mercado está en suba, como es este caso. Todo trigo arriba de 200 dólares la tonelada es una venta a un precio más que razonable y el máximo de la actual cosecha. Es, además, un valor impensado a esta altura de la campaña comercial.
Hay que recordar que el productor siempre vende en la baja. Por este motivo, le cuesta vender hoy en un mercado firme y con demanda más que sostenida.