Las cadenas agrícolas plantean que es de "extrema necesidad y urgencia" restablecer la confianza con el sector público. AGROFY NEWS
Las cuatro cadenas de los principales cultivos de Argentina (soja, maíz, trigo y girasol) se expresaron en medio de un horizonte internacional sumamente incierto como consecuencia de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania.
Según indican, Acsoja, Maizar, Asagir y Argentrigo, este contexto le "exige a nuestro país redoblar sus esfuerzos para incrementar su producción y poder garantizar el abastecimiento de un mercado alimentario que será insuficiente, y va a depender en forma considerable del saldo exportable de los países americanos, en vista de la importancia que tienen estos dos países en el mercado mundial de cereales y oleaginosas".
"Resulta entonces de extrema necesidad y urgencia restablecer la confianza con el sector público consensuando los caminos que conduzcan a incrementar las inversiones y la producción, situación que, además, se traducirá más trabajo para los argentinos. Reiteramos el compromiso de las cadenas de producción de la República Argentina con la seguridad alimentaria mundial y nuestra disposición a colaborar debatiendo y aportando ideas que contribuyan a que la agroindustria logre desarrollar todo su potencial en cada rincón de nuestro país, en beneficio de todos los argentinos y de un mundo que nos necesita cada día más", agregan.
Guerra Ucrania-Rusia: cómo impacta en Argentina
En Argentina, una severa sequía y topes a las exportaciones están limitando la capacidad de los productores para aprovechar el aumento de precios debido al conflicto en Ucrania.
Los futuros de trigo y maíz de EE. UU. subieron el jueves por encima de sus límites comerciales diarios, mientras que la soja alcanzó el nivel más alto desde 2012.
“Los beneficios de los precios incrementales debido al conflicto militar son muy limitados para Argentina debido a una mala cosecha por la sequía”, dijo el jueves a Reuters Gustavo Idigoras, titular de la cámara de procesadores y exportadores de granos CIARA-CEC. En el caso del girasol, en donde Rusia y Ucrania participan con el 80% del comercio global, la suba de precios es "un dolor de cabeza" ya que en Argentina existe un mecanismo de subsidios a través de un fideicomiso. (Ver En 5 puntos, por qué el fideicomiso no es una solución)
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, un importante proveedor de trigo y el segundo exportador mundial de maíz.
Idigoras dijo, sin embargo, que quedaba poco trigo autorizado para ventas en el extranjero debido a los topes de exportación. La producción de trigo 2021/22 de Argentina alcanzó los 22,1 millones de toneladas, según datos oficiales, pero los productores ya han vendido 15,5 millones de toneladas del grano y la demanda interna de trigo es de 6 millones de toneladas. El cupo autorizado para exportar hasta el momento es de 14,5 millones de toneladas.
Idigoras dijo que con los límites de exportación para asegurar el suministro local “nos queda muy poco, menos de 1 millón de toneladas, con lo que no vamos a poder aprovechar ningún beneficio de precio o desplazamiento de precio de Ucrania”.
Rusia y Ucrania son los dos principales proveedores mundiales de trigo, con un 29% del comercio global.
No obstante, los altos precios contrarrestarán parte del impacto de la sequía: “El aumento de los precios internacionales siempre tiene un impacto positivo en los productores de Argentina”, dijo Idigoras, y agregó que podría alentar a los productores de trigo argentinos cuando inicien el ciclo 2022/23 cuando haya comenzado el otoño del hemisferio sur.
“Claramente hay un escenario positivo en este sentido, aunque estará limitado por las condiciones climáticas del país en los próximos meses y los precios de los insumos, que han crecido mucho a nivel internacional”, agregó.