Mercado de granos. Por Pablo Adreani | Para LA NACION.
Esta semana se conoció el informe de oferta y demanda mensual elaborado por el USDA, con algunos ajustes en las producciones de verano de los Estados Unidos que causaron cierta sorpresa en el mercado. Comenzando con el poco significativo cambio efectuado en la cosecha de maíz estadounidense, el USDA redujo su estimado de producción en 550.000 toneladas, una cifra poco significante, equivalente al 0,2% de la producción estimada el mes anterior de 272,49 millones de toneladas.
Un ajuste de esta significancia equivale a una gota de agua dulce en el océano, no modifica en nada el actual cuadro ajustado de oferta y demanda interna. El dato mas relevante, que provocó la reacción alcista en Chicago con subas de casi el 5% (equivalente de US$ 14), fue el ajuste efectuado en las existencias finales. En su informe, el USDA reduce el stock final estadounidense en casi 3 mill./t, hasta el mínimo nivel de 15,73 mill./t, versus los 18,63 millones de septiembre y los 25 millones del ciclo anterior. Con este nivel de existencias, y tomando en cuenta el consumo doméstico anual, los estadounidenses tienen maíz suficiente para 22 días de consumo interno, y todavía no ha terminado la cosecha.
El ajuste de las existencias vino acompañado con una importante reducción de 2,5 mill./t en las exportaciones de maíz, hasta el mínimo de la década, de 29,21 mill./t. A la hora de sacrificar, los estadounidenses optan por recortar exportaciones y no su mercado doméstico, por este motivo se mantuvo sin cambios el volumen destinado al mercado interno, tanto para el consumo de ración animal como para la producción de etanol.
Este año, por primera vez en la historia, el volumen de maíz destinado a producir etanol supera al volumen utilizado para consumo animal. De acuerdo con el informe del USDA, el mercado no raciona su consumo interno por el lado de ajuste de precios, todos los cambios hasta ahora efectuados se volcaron en la reducción de las exportaciones, con la consecuente caída del stock final. Por este motivo el mercado reaccionó con tanta furia alcista, y si bien Chicago subió un promedio de US$ 14, en el Matba, el contrato abril apenas cerró anteayer con subas de US$ 4 y un valor de US$ 197. Una reacción poco generosa por parte de la exportación, cuyo precio de paridad hoy se ubica en torno de los US$ 205.
La soja merece un comentario aparte. El USDA aumentó la producción estadounidense en 6,15 mill./t, al pasar de 71,69 a 77,84 millones en su informe de anteayer. Y el mercado reaccionó como si hubiera habido un recorte de la producción, con subas en Chicago de US$ 9. Mientras tanto, la soja en la Argentina cerró la jornada del jueves en el Matba, con subas de US$ 4 en el disponible (US$ 404,8) y de US$ 6 sobre la posición de la nueva cosecha abril 2013 (US$ 334,3).
La pregunta del millón: ¿esta suba posinforme del USDA, es una suba coyuntural de corto plazo o estamos ante una tendencia de mediano a largo plazo que puede devolver los precios a los máximos vistos durante la sequía de julio/agosto? Hoy hay un factor en el mercado que está preocupando mucho a los operadores del comercio mundial, los EE.UU. siguen sufriendo condiciones de sequía en más del 70% de sus áreas agrícolas. Si no ocurren lluvias por arriba de lo normal durante el otoño o la nieve invernal no duplica su volumen normal, el comienzo de la siembra de los trigos de invierno ahora y de los cultivos de verano a comienzos de la primavera se verán seriamente comprometidos.
En otro plano, Brasil, potencial primer productor mundial de soja, está sufriendo también la falta de lluvias y hay sensibles atrasos en las siembras. En nuestro análisis, tenemos por delante un factor de potencial suba de precios, que es el fenómeno de una "doble sequía" en simultáneo en el hemisferio norte y en el hemisferio sur. Cualquier pronóstico de mercado deberá seguir muy de cerca el pronóstico climático.