19/07/2021

Los fondos vuelven a las compras: indicio de alzas para la soja

Se repite la historia del año pasado: hay un ajustado nivel de existencias y un pronóstico de sequía. No es casualidad que los fondos aumentaran su posición comprada en las últimas semanas. AGROVOZ

Pablo Adreani

Ya pasó el momento de la soja a 600 dólares la tonelada. Pasó el tiempo que los fondos tenían para cancelar o liquidar sus posiciones compradas con vencimiento al 30 de Junio y también pasó la incertidumbre del mercado con respecto al nivel de producción y de existencias de soja y de maíz en Estados Unidos, algo que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) se encargó de clarificar en sendos informes del 30 de junio y 12 de julio pasados.
El informe de superficie y producción, tanto en soja como en maíz, elaborado por el Usda nos deja como mensaje que sus proyecciones están basadas en rendimientos en el rango de los récords.
En el caso del maíz, el nuevo estimado de producción 2022 está sustentado en una mayor superficie de siembra y rindes de 112,7 quintales por hectárea, contra un promedio de 108 quintales en la cosecha 2021 y 105 quintales en la 2020.
Es decir, que las proyecciones productivas para el cereal son realmente muy optimistas y, para que se puedan cumplir, necesitan de una buena evolución del clima durante los próximos 60 días y hasta el ingreso de la cosecha, estimado para mediados de septiembre.
El dato no menor es que los farmers americanos disponen de existencias de maíz por un total de 44 millones de toneladas, siendo este el principal factor de oferta de aquí hasta el ingreso de la nueva cosecha.
En concreto, los agricultores norteamericanos tienen la canilla de la oferta; si aprietan o sueltan el grifo habrá menos o más cereal disponible para abastecer la firme demanda que se espera.
SOJA
En lo que respecta a la oleaginosa, la situación es igual de optimista, pero parte de la base de un balance de oferta y demanda en Estados Unidos que luce muy ajustado.
El Usda proyecta 34,16 quintales por hectárea, contra 33,76 quintales del ciclo pasado y 31,9 quintales de hace dos temporadas.
En conclusión: hay un gran optimismo por parte del Usda a la hora de proyectar los niveles de producción, y a partir de ahí se desprenden las proyecciones de consumo interno y de exportaciones.
Pero en el caso de la soja, aun con rindes cercanos a sus máximos históricos, con un volumen de 119,9 millones de toneladas (versus 112,5 millones del año anterior) y una caída del saldo exportable de 61,9 a 56,4 millones de toneladas, las existencias finales apenas se recuperarían en 560 mil toneladas, pasando de 3,66 a 4,22 millones de toneladas.
Para cuantificar el poco significativo aumento en los stocks, hay que tener en cuenta que el consumo mensual en Estados Unidos, incluyendo tanto demanda doméstica como exportaciones, es de 10 millones de toneladas. Con las existencias mencionadas, entonces, se cubren apenas 2,4 meses de consumo total.
Por eso, la situación actual es igual a la de mediados del 2020, cuando los fondos olfatearon un ajustado nivel de existencias que, sumado al pronóstico de sequía sobre Sudamérica, los llevó a construir una posición comprada o “long”, que luego les generó ganancias que llegaron a los 100 dólares por tonelada.
Ahora se repite la historia: hay un ajustado nivel de existencias y un pronóstico de clima muy seco y caluroso para el cinturón sojero americano. No es casualidad entonces que los fondos estuvieran aumentando su posición comprada en las últimas semanas.
Cuando los tiburones de Wall Street huelen la sangre, se lanzan en manada sobre la presa: es un indicio evidente de que los fondos son alcistas en soja.
Este grano se convirtió nuevamente en el objetivo, considerando que un mínimo problema climático que afecte de manera negativa a los cultivos y a la producción, podrá tener un efecto muy alcista sobre los precios.