El cereal americano por excelencia desbancó del primer lugar a la oleaginosa, dominio que afianzará en la campaña 2021/22, desplazándola de 250.000 hectáreas. Cuáles son las expectativas y la opinión de las empresas semilleras. INFOBAE
El cultivo de maíz no solo viene reconstruyendo su histórico papel protagónico en el agro a nivel nacional, sino que en los últimos dos ciclos se erigió como la principal producción por volumen, desplazando a la soja a un segundo lugar tras décadas de hegemonía. Además, todo indica que la próxima siembra será aún mayor a la actual y que se registrará un nuevo incremento en la cosecha.
Los datos sobre el fenómeno son contundentes. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) en el ciclo 2010/11 se implantaron 3.920.000 hectáreas y se produjeron 25,57 millones de toneladas. El guarismo de esta entidad para el ciclo que todavía está en marcha, con un clima que definitivamente no le jugó a favor, son 48 millones de toneladas, casi el doble que una década atrás, a partir de 6,3 millones de hectáreas sembradas.
Lo que se viene en la campaña 2021/22 no solo refuerza la idea del crecimiento del cultivo, sino que ratifica un liderazgo en la producción. Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó que el área sembrada con el grano amarillo crecerá 4,6% respecto al ciclo anterior hasta las 7,7 millones de hectáreas y que la producción se ubicará en torno a las 54 millones de toneladas, que le permitiría superar nuevamente el volumen de soja, a la que de hecho desplazará de 250.000 hectáreas.
Pero hay otro dato más importante todavía, también surgido de la BCR: el rendimiento del maíz creció casi el doble que el de la soja en la región núcleo en una década. “En 10 años el rinde del maíz creció 27 quintales por hectárea (qq/ha); la soja solo 6. El maíz creció en 10 años casi un 35%; la soja, poco más del 18%. De ahí que se pueda concluir, que los rindes del maíz crecieron casi el doble (1,9) que el de la oleaginosa en el periodo analizado. La formación del rendimiento depende de múltiples variables, pero es notorio la mejora genética y la respuesta a la inversión tecnológica que muestra el cereal”, marcó el informe. Si se toma en cuenta dicho factor, sumado a mejores márgenes netos, empieza a tomar forma una explicación de por qué el productor argentino se inclina cada vez más por este cultivo.
En diálogo con Infobae, el presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR), Alberto Morelli, coincidió que la expansión productiva se debe a mejores precios e inversión y adopción de los desarrollos tecnológicos. “El maíz tiene un precio muy interesante y estas condiciones se están manteniendo por las dificultades de los países competidores, como Brasil y Estados Unidos, lo que hace que la oferta se encuentre más ajustada, al igual que los stocks y la demanda mundial sigue traccionando, lo que llevó a un precio que seduce al productor argentino porque da un buen margen”.
“También responde - añadió Morelli - a la investigación en genética que hicieron los semilleros más la incorporación de eventos biotecnológicos, lo que nos ha dado maíces con una ventana muy amplia de siembra. Esto te da una ingeniería de siembra en el que se trata de esquivar los momentos de seca en la floración, que es cuando se define el rendimiento. Esta ventana hace que el cultivo sea elegido de manera preferencial por los productores. Además, demostró las bondades en estos años de seca, donde sus caídas de rendimiento fueron inferiores a los rendimientos de la soja. Son todas cosas que juegan a la hora de tomar decisiones por parte de los productores”.
Por otro lado, el titular de Maizar destacó la necesidad de que este fortalecimiento del maíz continúe y remarcó las bonanzas que trae consigo la rotación con la soja. “Nos complementamos con la oleaginosa. Todos sabemos que una soja que está en rotación con maíz da entre 500 y 700 kilos más que una soja que viene del monocultivo. Le agrega valor y la posibilidad de limpiar malezas. Hemos llegado a épocas donde había 6 hectáreas de soja cada una de maíz. Hoy estamos en dos de soja por una de maíz, que nos pone en línea con Estados Unidos y Brasil. Es deseable que sea así”.
Las semilleras
Las empresas semilleras que operan, investigan y desarrollan los híbridos de maíz en Argentina han sido esenciales a la hora de asegurar ese salto productivo y no solo en el desarrollo de los eventos biotecnológicos, sino también de ingenierías de siembra que permiten evitar problemas climáticos como sequías, entre otras cuestiones.
Para Federico Larrosa, gerente de producto de KWS Argentina, el éxito que está teniendo el maíz en estos años radica en una sinergia entre las empresas semilleras, los investigadores y los productores. “Hay tres grandes protagonistas: el primero de ellos son las empresas trabajando en Argentina muy enfocadas en el cultivo, básicamente por una cuestión de que recupera la inversión en investigación debido a que las bolsas de híbridos se pagan, por lo cual las empresas tienen el estímulo de seguir invirtiendo”, opinó en diálogo con Infobae.
“Esto está en interacción con el segundo gran protagonista que es la academia y la ciencia y técnica nacional, que tenemos muy buenos generadores de investigadores de maíz que en muchos casos entran a trabajar en las empresas y en otros trabajan en conjunto con estas”, afirmó Larrosa, que puso de manifiesto la excelencia de los investigadores y técnicos argentinos, “cuestión de la que muchas veces no se habla”.
En esta línea, prosiguió: “El tercer protagonista son los productores argentinos que son muy ávidos de incorporar estos conocimientos. Esta trilogía virtuosa de lo público, lo privado y el usuario final o productor adepto a incorporar conocimientos, hizo que el maíz levante los rendimientos”, señaló el representante de KWS, al mismo tiempo que hizo especial mención a la tecnología de la siembra tardía.
Por último, Larrosa remarcó la dedicación en investigación y desarrollo de KWS en la mejora e innovación en el cultivo: “Hace 15 años que invertimos consistentemente todos los años en maíz. En 2019 lanzamos una planta exclusiva para maíz con una inversión de USD 12 millones. En 2018 instalamos el segundo programa de mejoramiento genético en maíz. Venimos creciendo en volumen de bolsa. Además, la empresa (con base en Alemania) está mirando a la Argentina porque los productores adoptan tecnología, pagan por los híbridos y estamos en un círculo virtuoso donde se consiguen buenos investigadores”.
Por su parte, el gerente de Producto de la semillera Dekalb, Manuel Areco, aseguró que en los últimos años el maíz ganó protagonismo en el agro argentino y que para la campaña venidera los productores ya están “posicionándose de forma temprana tratando de elegir mejor en términos de germoplasma, tecnología y calibre para apuntar a planteos de alta inversión.”, en un contexto donde los márgenes invitan a sembrar maíz, tanto en campo propio como ajeno.
“Nos complementamos con la soja. Todos sabemos que una soja que está en rotación con maíz da entre 500 y 700 kilos más que una soja que viene del monocultivo” (Alberto Morelli)
Todo esto genera que “el maíz sea un cultivo de mucha seguridad, con toda la tecnología que se incorporó en los últimos años y los avances. La investigación genética en los distintos híbridos y germoplasmas ha permitido subir los pisos de rendimiento y aumentar los techos. Esto, entre otros factores, lo convierte en un cultivo estrella”.
“La realidad es que hay genotipos de muy buena adaptabilidad a todos los tipos de situaciones productivas. Tenemos híbridos que se adaptan bien a situaciones más restrictivas, a ambientes de menor potencial, que sumado al manejo del híbrido hacen que se pueda producir maíz de manera muy segura, cuestión que expandió la frontera del cereal a zonas más marginales”, agregó Areco.
Respecto a esto, el representante de Dekalb añadió que la empresa en esta campaña lanzó dos nuevos híbridos en zona templada y otro en zona norte que cumplen con características de amplia adaptación, con siembra temprana o tardía, a ambientes más restrictivos o con potencial de rendimientos muy altos. Además, también presentaron su tecnología VTPRO4, la combina cuatro eventos biotecnológicos que aportan muy buen nivel de protección a las principales plagas del cultivo.