En su informe mensual el USDA hizo fuerte recortes sobre las cosechas y las exportaciones de Canadá y de Rusia; el aumento de las cotizaciones también impactó en el mercado doméstico. LA NACIÓN CAMPO
Los precios del trigo cerraron hoy con subas de hasta el 3,9% en el mercado estadounidense, luego de que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) confirmó con sus estimaciones mensuales una importante caída de la oferta en la campaña 2021/2022 en varios de los principales países proveedores mundiales del cereal del hemisferio norte, que están en plena etapa de recolección.
Al cierre de los negocios, las pizarras de Chicago y de Kansas reflejaron alzas de 9,73 y de 10,47 dólares sobre el contrato septiembre, cuyo ajuste fue de 276,86 y de 271,44 dólares por tonelada. Desde el 9 del mes pasado –la rueda previa al anterior informe mensual del USDA, donde comenzó a vislumbrarse la retracción de la oferta–, esta posición acumula una suba del 22,5 y del 24,4 por ciento, frente a los 225,97 y a los 218,26 dólares vigentes entonces, respectivamente.
Además de volver a ajustar su estimación sobre el volumen de la cosecha de Estados Unidos, de 47,52 a 46,18 millones de toneladas –el cálculo sobre las exportaciones fue mantenido en 23,81 millones–, hoy el USDA hizo sus principales movimientos sobre Rusia y Canadá, que en la campaña 2020/2021 fueron el primero y el tercero en la lista de proveedores mundiales del grano fino.
Para Rusia el organismo redujo su proyección de producción de 85 a 72,50 millones de toneladas y la estimación sobre las exportaciones, de 40 a 35 millones. El dato sobre cosecha causó sorpresa entre los privados. Las dos principales consultoras rusas, SovEcon e IKAR, manejan 76,40 y 77 millones de toneladas, respectivamente. Además, hoy el Ministerio de Agricultura de Rusia mantuvo su previsión en torno de los 81 millones de toneladas.
A través de su cuenta en Twitter, la Unión de Exportadores de Granos de Rusia dijo que “el ajuste hecho por el USDA es resultado de la histeria, en lugar de la consecuencia de una comprensión de la situación real y de un análisis de los datos del actual proceso de cosecha en Rusia”.
En cuanto a Canadá, que padeció las mismas condiciones adversas que redujeron la oferta del trigo de primavera estadounidense en el norte de las grandes planicies, con tiempo seco y muy caluroso, el USDA ajustó hoy de 31,50 a 24 millones de toneladas su estimación sobre el volumen de la cosecha y de 23 a 17,50 millones las ventas externas. El saldo exportable calculado ahora resulta un 36,4% menor al de la campaña anterior, que sumó 27,50 millones de toneladas.
Si bien entre las valoraciones hechas por el USDA también hubo proveedores de trigo que vieron crecer sus cifras de exportaciones, como Ucrania –de 21 a 23,50 millones de toneladas–, la Unión Europea –de 34 a 35 millones– y Australia –de 20,50 a 22 millones–, estos incrementos no lograron compensar las pérdidas. En el nivel mundial la producción del grano fino fue proyectada en 776,91 millones de toneladas, por debajo de los 792,40 millones del informe de julio. El stock final mundial fue ajustado de 291,68 a 279,06 millones.
De nuevo sobre las cifras de Estados Unidos, las existencias finales de trigo fueron estimadas en 17,05 millones de toneladas, por debajo de los 18,09 millones del reporte del mes pasado y de los 17,50 millones previstos en promedio por los privados. De este modo, las existencias finales marcan la sexta campaña seguida en baja y el volumen actualmente proyectado resulta el más bajo desde los 16,07 millones del ciclo 2013/2014.
Subas en el mercado local
El cierre alcista de los precios en el mercado externo tuvo su correlato en el mercado local, donde las pizarras del Matba Rofex reflejaron alzas de 6 dólares sobre las posiciones diciembre y enero del trigo, cuyos ajustes fueron de 230 y de 232 dólares por tonelada. Desde el cierre de la rueda del 8 de julio estos contratos acumulan ganancias del 17,9 y del 20,7 por ciento frente a los 195 y a los 192,20 dólares vigentes entonces, respectivamente.
También hubo mejoras en la plaza física, donde las propuestas de los exportadores por el trigo de la nueva cosecha, para las entregas entre noviembre y enero, subieron de 225 a 230 dólares por tonelada para las terminales del Gran Rosario y para Bahía Blanca, y de 220 a 225 dólares para Necochea.
En cuanto al trigo disponible, que por la época del año es un mercado de poco volumen, limitado a las necesidades muy puntuales de los exportadores para completar buques, las ofertas también subieron de 225 a 230 dólares por tonelada para el Gran Rosario y para Bahía Blanca, en tanto que para Necochea se mantuvieron en 205 dólares.
Rindes de soja y maíz
Otro de los puntos relevantes del informe mensual que hoy publicó el USDA estuvo en su valoración de la relación entre el estado de los cultivos de granos gruesos estadounidenses y su potencial de rendimiento, mientras persisten zonas del medio oeste y de las grandes planicies con severos déficits de humedad.
Acerca de la soja, el USDA redujo de 34,16 a 33,63 quintales por hectárea su expectativa de rendimiento y de 119,88 a 118,08 millones de toneladas el cálculo sobre la cosecha 2021/2022 en Estados Unidos, un dato que quedó debajo de los 119,07 millones previstos por los privados. Esta merma productiva no tuvo impacto sobre las existencias finales, que apenas se movieron de 4,22 a 4,21 millones de toneladas, por ajustes hechos por el organismo sobre el stock inicial, la molienda y las exportaciones.
Esto último hizo que hoy la soja cierre sin cambios en Chicago, con el ajuste de la posición septiembre fijo en 494,94 dólares por tonelada y con una mínima suba del contrato noviembre, que pasó de 492,37 a 492,73 dólares por tonelada.
Respecto del maíz, el USDA archivó su expectativa por alcanzar un rinde récord en la campaña estadounidense y redujo su estimación de 112,66 a 109,59 quintales por hectárea, una marca que incluso quedó a distancia de los 111,47 quintales previstos por los privados. Por ese ajuste el organismo proyectó la nueva cosecha en 374,68 millones de toneladas, por debajo de los 385,21 millones del informe de julio y de los 381,12 millones pronosticados por los operadores.
A diferencia de lo visto con la soja, pese a que el USDA redujo las estimaciones de uso forrajero y las exportaciones, la menor cosecha hizo mella sobre las existencias finales, que pasaron de 36,37 a 31,56 millones de toneladas, contra los 32,90 millones promediados por los operadores.
Esto le posibilitó al maíz cerrar la rueda en alza en Chicago, donde los contratos septiembre y diciembre sumaron 4,23 y 5,51 dólares, al pasar de 218,99 a 223,22 y de 220,17 a 225,68 dólares por tonelada.
Por último, el USDA confirmó entre sus cifras el fuerte ajuste de la oferta de maíz 2020/2021 en Brasil, al reducir su estimación de cosecha de 93 a 87 millones de toneladas. Además, el cálculo sobre las exportaciones lo achicó de 28 a 23 millones. Para la Argentina el organismo mantuvo sin cambios su previsión de producción en 48,50 millones de toneladas, pero elevó la proyección sobre las ventas externas de 35,50 a 36,50 millones.
Dante Rofi