Las retenciones y la brecha cambiaria son el principal factor que hace que los productores ya estén cobrando por su soja, maíz y trigo mucho menos que sus pares de otros países. AGROVOZ

El secretario de Comercio Interior de la Nación, Roberto Feletti, volvió a recurrir al argumento de “desacoplar” los precios internacionales de las materias primas de su valor a nivel local, para justificar un nuevo intento del Gobierno de aumentar las retenciones que pesan sobre productos agropecuarios.
Esta posibilidad fue deslizada el domingo por el funcionario y generó rápidas reacciones en contra, no solo del agro, sino también dentro del mismo Gobierno nacional: el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, le recordó a Feletti que “el productor no es formador de precios”
En este marco, en una de las frecuentes columnas que publica en su página web, el analista económico Salvador Di Stéfano recordó que ese desacople, de hecho, ya existe: producto de las retenciones y de la brecha cambiaria, los productores cobran por sus granos entre 60 por ciento y 68 por ciento menos que lo que valen en el mercado internacional.
INTERVENCIONES
“Para desacoplar los precios locales de los internacionales, hay que fijar tributos para hacer que el producto bajo sospecha valga lo que el soberano disponga. También cerrar exportaciones, imponer regulaciones, tener tipo de cambio desdoblado, imponer cupos y trabas de las que se te ocurran. Aviso: esto ya ocurrió con Guillermo Moreno”, señala Di Stéfano.
Y ejemplifica: “El precio FOB del trigo es de 312 dólares la tonelada, y el precio en el mercado interno en dólares billetes es de 114 dólares, un 63,5 por ciento más bajo. La retención es del 12 por ciento: el resto lo hacen los cierres de registro (de exportaciones) y el tipo de cambio desdoblado”.
Todo sobre los mercados de granos
Con el maíz sucede lo mismo: valor FOB de 250 dólares, pero precio efectivamente percibido por el productor de 99 dólares, un 60,4 por ciento menos.
La soja es la que la pasa peor: con una retención del 33 por ciento, del valor FOB de 551 dólares, al productor le quedan solo 176 dólares “reales”, un 68 por ciento por debajo.
“Mamita, cómo nos roban”, ironiza Di Stéfano.
IMPORTACIONES
Otro tema a tener en cuenta, según el analista, es que muchos insumos que se utilizan en la producción agrícola, como el glifosato y otros fitosanitarios, los fertilizantes y las cubiertas de tractores y cosechadoras, escasean y han aumentado hasta más del 100 por ciento en dólares. Y sobre eso, no hay ninguna acción del Estado que reduzca los valores.
“Allí no interviene el Estado: si los insumos son caros, que se embrome el productor. Por otro lado, con precios intervenidos e insumos caros los productores dejarán de producir, por ende, faltará petróleo, gas, trigo, maíz, soja y todo lo que esté bajo la órbita de la intervención”, añade.
Para Di Stéfano, lo más probable es que los productos elegidos para incrementar retenciones sean la carne y el maíz, con el objetivo de frenar los aumentos del asado.
Pero en ese sentido, advierte: “No sabemos qué hará con el precio del ternero, que hoy vale un 50 por ciento más que el gordo, pero seguramente inventará una intervención que saldrá mal, como todas las intervenciones en la economía”.