Quitar el IVA de la canasta alimentaria resulta insuficiente para aliviar la pobreza y revertir profundas inequidades sociales
Por: Gerardo García Oro y Luis Laguinge
La propuesta de reducción de IVA sobre los productos de la canasta alimentaria (que delimita el umbral de indigencia) para beneficiarios de programas sociales, becas de empleo y jubilados aparece como una iniciativa promisoria para contrarrestar la pobreza.
La aplicación de esta medida podría lograr que unas 481 mil personas logren salir de la pobreza, y otras 355 mil abandonen la condición de indigencia, pero persistan por debajo de la línea de la pobreza.
No obstante, la reducción de la pobreza y la indigencia sería de 1,1 y 1,4 puntos porcentuales respectivamente, con relación a los niveles de pobreza e indigencia observados en 2015, que ascendían al 28% y 5,9%.
Si bien esta medida favorecería fundamentalmente a reducir la pobreza infantil y entre jóvenes, los resultados de esta estrategia resultan insuficientes para contrarrestar la magnitud y profundidad de la pobreza.
Asimismo, la medida tendría un costo fiscal equivalente a un 5% de la actual recaudación de IVA y cercano al 50% de los recursos que durante 2016 se destinarán al programa Asignación Universal por Hijo (AUH) y Embarazo; un nivel significativo que no debe ser excluido del análisis de costo-efectividad de la medida.
La lucha contra la pobreza requiere emprender políticas integradas que ataquen las múltiples aristas de la problemática, focalizada sobre la situación específica de cada segmento social, sumado a políticas generadoras de entornos laborales formales, inclusivos y promisorios.