25/01/2013

Clima en EE.UU. condiciona al mercado

 PANORAMA AGRÍCOLA SEMANAL. Ricardo Baccarín - AMBITO FINANCIERO

La campaña sojera en Brasil sigue avanzando a buen ritmo, con estimaciones de cosecha superiores a las realizadas hace algunos meses. En este sentido, la revista especializada Oil World pronostica una cosecha superior a los 81 millones de toneladas, que estaría anticipando un sostenido crecimiento en el ritmo de exportaciones. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) incrementó en su último informe su estimación para este país en 82,5 millones de toneladas, comparado con los 81 millones de toneladas reportados en el informe del mes de diciembre. Por su parte, la corredora norteamericana RJO proyecta una campaña de 84 millones de toneladas, manteniendo sin cambios su estimación sobre la campaña de maíz en torno a los 71 millones de toneladas.

Finalmente, y para completar el abanico de proyecciones, la consultora Celeres estima una cosecha de 80,43 millones de toneladas, en tanto que Agroconsult la pondera en 84 millones de toneladas y la proyección oficial de la CONAB gira en torno a los 82,68 millones de toneladas.

La situación climática del sur del país es buena, con lluvias suficientes como para sostener los cultivos hacia febrero, en tanto que la región del Norte, que venía evidenciando ausencia de precipitaciones las registra ahora, demorando la actividad de recolección.

En nuestro país, y de acuerdo con el último informe de la FAO, los cultivos de verano ya han sido implantados en las principales regiones productivas de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. El área de cultivo de maíz fue proyectado por esta organización en 4,6 millones de hectáreas, un 8% por debajo de la campaña precedente. Asumiendo una situación climática normal, la FAO proyecta que nuestro país producirá 25,5 millones de toneladas. El USDA estimó, en su último informe, una producción de 28 millones de toneladas.

En relación con el cultivo de soja, la FAO comentó en su último informe que las persistentes precipitaciones registradas en los últimos meses demoraron su implantación, que alcanzará a cubrir 19 millones de hectáreas, o sea un 3% por encima de lo implantado el año anterior, como consecuencia de la mejora en los precios internacionales. La FAO pronostica una campaña de 53 millones de toneladas, un millón menos que lo consignado por el USDA en su último informe de producción.

En relación con el área de siembra de soja en nuestro país, además de la proyección recientemente aludida, encontramos que el Ministerio de Agricultura consigna una cobertura de 19,35 millones de hectáreas, en tanto que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires la estima en 19,7 millones de hectáreas.

Los precios de los granos seguirán debatiéndose entre la realidad actual, de bajas existencias mundiales, que implican la necesidad de racionar el consumo global, y la posibilidad de que esta situación se pueda revertir a partir de una producción sudamericana récord.

Más allá de la evolución que vienen llevando los cultivos en nuestra región, y aún bajo un contexto climático favorable, la marcha del mercado también seguirá condicionada a la evolución climática de Estados Unidos.

La sequía de la campaña anterior dejó secuelas económicas para los productores norteamericanos que ahora deberán enfrentar decisiones de siembra en un contexto climático que no luce nada bien.

A principios de este mes, solamente el 22% de la totalidad del territorio de EE.UU. se encontraba cubierto con nieve, el porcentaje más bajo registrado desde 2007. Los informes climáticos actuales dan cuenta de que el clima permanecerá seco, al menos en el principio de este año.

La preocupación actual de los productores se focaliza en los cultivos de trigo de invierno, implantados hace pocos meses y que se encuentran atravesando la etapa de hibernación con escasa cobertura de nieve, y en lo que será la marcha de la siembra del maíz y la soja a partir de la próxima primavera boreal.

De no mediar buenas precipitaciones para ese entonces, el mercado anticipará con cotizaciones firmes la amenaza de un nuevo fracaso productivo. El tipo de clima que se experimente hacia marzo resultará determinante para el mercado, aún con buenas perspectivas productivas en Sudamérica.

(*) Director de Panagrícola