La campaña triguera 2025/26 pinta prometedora con perspectivas productivas positivas, pero sin cambios de fondo, ya que Argentina seguirá perdiendo participación exportadora. AGROVERDAD - 15/04/2025
Concretamente, la producción crecería un 10,2% y el área sembrada un 6,3% respecto al ciclo anterior. En Córdoba, que la siembra de trigo alcanzaría su mayor extensión en varios años. Al mismo tiempo, se advirtió que se evidencia una pérdida gradual de participación argentina en el comercio mundial.
Estos datos surgieron durante el Lanzamiento de la Campaña Fina 2025/26 en el que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) presentó las primeras estimaciones para el próximo ciclo de ambos cereales.
Una de cal
Con un clima que se presenta favorable para la siembra, y con una ecuación económica que permite mantener los planteos tecnológicos promedios, se espera que el área sembrada de trigo alcance los 6,7 millones de hectáreas, con una producción estimada en 20,5 millones de toneladas.
Estos números hablan de que se estaría ante una siembra récord con un área que estaría entre las más importantes de los últimos 20 años, ya que el último récord se encuentra en la campaña 2001/02, con 7 millones de hectáreas y, más acá, la 2021/22 también con 6,7 millones de hectáreas.
Mientras que la superficie destinada a la cebada se ubica en 1,3 millones de hectáreas, con una producción proyectada de 5,1 millones de toneladas.
En este contexto, el escenario climático para la nueva campaña fue clave, ya que las precipitaciones registradas en los últimos meses fueron abundantes sobre toda el área agrícola, y permitieron recomponer el agua disponible en el suelo.
“Frente a este escenario, el contexto climático se muestra favorable para encarar la siembra de la fina”, destacaron desde la bolsa porteña.
En el plano económico local, se señaló que la campaña fina 2025/26 se perfila con condiciones más favorables para el productor. “En cuanto a precios, el trigo cotiza levemente por encima del año pasado (+3%), aunque aún se ubica un 5% por debajo del promedio de las últimas cinco campañas”, explicó Ramiro Costa, Gerente de Estudios Económicos de la entidad.
Sin embargo, la baja en los costos mejora la relación insumo-producto y permite proyectar una leve mejora en la rentabilidad proyectada.
“Este escenario sería aún más favorable si se mantuviera la reducción en los derechos de exportación del 12% al 9%. Además, se proyecta un uso de tecnología al menos igual, e incluso algo superior, al de la campaña pasada, lo que refuerza las perspectivas productivas positivas”, agregó.
Una de arena
Durante la presentación, también se destacó que, en los últimos diez años, Argentina ha mantenido un nivel de exportaciones de trigo relativamente estable, con un promedio de 10 millones de toneladas anuales, mientras que otros países exportadores continúan ampliando su participación.
Esta dinámica ha llevado a una pérdida gradual de participación argentina en el comercio mundial. De cara al futuro, se espera un crecimiento moderado en las exportaciones argentinas, aunque fuertemente condicionado por la competencia de otros orígenes.
“Este escenario expone la necesidad de profundizar cambios que mejoren la competitividad del país”, advirtieron.
Durante la presentación, ponderaron que en los últimos meses se han observado avances importantes en materia de estabilidad macroeconómica y desregulaciones que permitieron ganar eficiencia y reducir costos. “Ese camino, favorable, debe continuar para consolidar el salto que el agro argentino está en condiciones de dar”, subrayaron.
El aporte de la fina
Al presentar las cifras de aporte económico de las cadenas del trigo y la cebaba, Ramiro Costa, destacó que el valor agregado de ambos cultivos se estima en unos US$ 4.723 millones, lo que representa un incremento del 31% respecto a la campaña anterior.
“Este aumento se puede atribuir, en parte, a la expansión de la superficie cultivada y del volumen producido, así como al efecto positivo de la relación entre los precios del trigo y sus costos de producción”, explicaron.
Adicionalmente, se proyecta que las exportaciones de estos cereales experimenten una mejora del 15%, alcanzando un valor de US$ 4.225 millones.
Vale mencionar, que todo el escenario descripto se encuentra actualmente condicionado por una fuerte incertidumbre y volatilidad, “lo cual está llamado a impactar en los flujos de comercio y las cadenas globales de valor”, contextualizó Maximiliano Moreno de la Fundación INAI. La gran pregunta del millón es, cómo evolucionará la escalada de aranceles entre China y Estados Unidos.