Ya está en marcha la implementación en la Argentina de una red de trampas de la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), insecto vector del achaparramiento del maíz (Spiroplasma kunkelii). AGROVERDAD - 19/05/2024
Precisamente, el objetivo de la misma es para poder determinar la evolución de la dinámica poblacional de la plaga en el territorio argentino.
Se trata de una iniciativa conjunta emprendida por varias entidades como CREA, Aapresid, Maizar, la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC), la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (AAPPCE).
La Red de la chicharrita
En la Argentina se esta poniendo en marcha una red de trampas del Dalbulus maidis a nivel nacional con el objetivo de realizar un monitoreo sistemático en 450 sitios y elaborar cada quince días un informe sobre la población infectiva de la plaga.
Según sus impulsores, el mapa dinámico de la población de la “chicharrita del maíz”, permitirá a los empresarios y productores agrícolas conocer el riesgo de las decisiones de siembra de maíz de acuerdo al nivel de presencia del insecto vector de Spiroplasma.
Como se mencionó, la acción está siendo impulsada por CREA, Aapresid, Maizar, la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC), la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (AAPPCE).
Además, destacaron que actualmente está abierta la posibilidad de sumar nuevas instituciones a esta red de para monitorear a la chicharrita en Argentina. Lucas Cazado, líder del Proyecto Plagas, fue el encargado de adelantar esta nueva iniciativa durante una charla ofrecida en un evento realizado en forma virtual.
Evaluación de daños
Por su parte, en las diferentes regiones CREA se está realizando una evaluación de daños generados por la enfermedad según el híbrido empleado, “aunque los registros muestran que la afectación está directamente relacionada con el nivel de presencia de Dalbulus maidis en cada zona”, señaló el informe de la entidad.
Paralelamente, el experto resaltó que, además del daño indirecto promovido por ser vector potencial de la enfermedad, la plaga genera un perjuicio directo a la planta porque se alimenta de savia, lo que produce pérdida de rendimiento potencial.
“La realidad es que en la Argentina no tenemos materiales tolerantes para Spirolplasma; sí contamos con híbridos que tienen un mejor comportamiento que otros, pero que no fueron seleccionados específicamente para eso”, resaltó Lucas Cazado de Proyecto Plagas de CREA.
Manejo
En cuanto a las prácticas de manejo, el líder del Proyecto Plagas indicó que el objetivo central para el presente año debe ser mantener en el período invernal a la población de la plaga en el nivel más bajo posible porque, de lo contrario, volverán a registrarse en el ciclo 2024/25 problemas similares a los ocurridos en la presente campaña.
“La mayor herramienta de control del vector de la enfermedad es eliminar maíces guachos, implementar vacíos sanitarios y realizar siembras no-escalonadas con ventanas cortas”, señaló Cazado.
En ese sentido, una de las prioridades debe ser mantener los campos libres de maíces guachos, dado que esas plantas, además de actuar como reservorios de la plaga, también proveen alimento al insecto durante el invierno.
“Podemos hacer todo bien en nuestro campo, pero si nuestro vecino no se compromete a hacer lo mismo, el problema es inmanejable, lo que implica que resulta indispensable realizar acciones coordinadas en conjunto”, advirtió el especialista de CREA.
*Fuente: ContenidosCREA