La semana del campo. Por Félix Sammartino | LA NACION
¿Valdrá la pena? ¿Cambiará algo? Aunque dispuestos a movilizarse para hacer sentir su protesta, los productores cargan con una alta dosis de incertidumbre sobre los resultados del cese nacional en la comercialización de granos, carnes y productos no perecederos.
Parten de dos certezas para alimentar sus dudas. La primera es que el gobierno de Cristina Kirchner nunca ha dado muestras de ser flexible en cambiar sus políticas. Y en los últimos tiempos, con circunstancias adversas, se ha endurecido aún más. La segunda es que esta política está basada ideológicamente en discriminar contra el campo. Desde la gestión kirchnerista, el campo carga con más impuestos que el resto de las actividades económicas (ver nota de tapa). Se aplica un progresismo extraño: no contra los que más tienen, sino contra la producción agroalimentaria, en especial, la granaria. El impuestazo bonaerense fue sólo la gota que sobraba en un vaso que ya estaba lleno de problemas después de sufrir las inclemencias climáticas de la sequía y la inundación en forma sucesiva. ¿Es posible entonces pensar en un cambio en la relación con el gobierno?
Por las dudas Fernando Luis, presidente de la Sociedad Rural de Olavarría, apeló esta semana a las cábalas. Como lo hiciera en 2008, junto a los productores de la zona, vuelve a manifestarse en la rotonda del cruce de las rutas 51 y 226, utilizan la misma carpa, aunque aprendieron a orientarla mirando al Nordeste para guarecerse de los vientos del Sur, repiten el mismo rito para prender y mantener la fogata y aguantan como pueden el frío. Al igual que las movilizaciones y asambleas de Rojas, Azul, 9 de Julio, Arrecifes, Chascomús, intentan reinventar la mística de los días de la 125 con las mismas herramientas. Saben que el escenario cambió, pero ¿serán conscientes de que se les presentan dos realidades, la oficial y la paralela? Quizá deban comenzar a pensar en contratar los servicios de un psicólogo para tratar la ya larga lista de cuestiones que tienen su doble.
Porque a no confundirse, el dólar no es el único que tiene un paralelo. Fue sólo el último en irrumpir, y probablemente el más ruidoso, en un escenario económico que tiene tics de esquizofrenia. Las consecuencias de esta nueva realidad cambiaria son conocidas: como en anteriores oportunidades vender en el dólar oficial y comprar en el paralelo, hoy con una brecha del 25%, significará un golpe demoledor a la rentabilidad de las explotaciones. Sólo falta que se hunda el precio de las commodities para volver a los años ochenta, cuando convivían con retenciones y tipos de cambio diferenciados. ¿Se vienen cosechas de cuarenta millones de toneladas? Sin llegar a estos escenarios de catástrofe lo cierto es que en el primer cuatrimestre de 2012 por efecto de la sequía y las restricciones en el comercio exterior la importación de agroquímicos y fertilizantes cayó 42% en cantidades, según la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).
El dólar tiene su paralelo, pero también el ministro de economía oficial, Hernán Lorenzino, tiene su ministro paralelo en Guillermo Moreno. Se debería agregar a los que por el momento cotizan en el blue, como Axel Kicillof, Ricardo Echegaray y Juan Carlos Pezoa. De más está decir que la incertidumbre económica bajaría unos cuantos grados de tener explicitado un plan y un ejecutor o referente económico.
Está también la inflación oficial, la que mide el Indec, que tristemente abrió paso a las versiones paralelas de la realidad, y la inflación que los consumidores sufren en el supermercado.
También el trigo tiene su paralelo en la cebada y cuenta también con sus versiones blue en la colza, las arvejas y los garbanzos. Opciones que se potencian por la huida de los productores a las trabas comerciales al trigo más que por las ventajas de estos cultivos. "Como es casi imposible transformar el trigo en plata y los impuestos y compromisos comerciales los tenemos en plata, la ecuación no va a cerrar nunca", se quejaba Santiago del Solar, ex presidente de Maizar. Según una última encuesta, los productores de los grupos CREA reducirán un 47% la superficie sembrada de trigo. ¿La causa? El 40% de los encuestados respondió que son las dificultades comerciales debido a la política oficial.
Hasta el festejo por los cien años del Grito de Alcorta, la rebelión que dio origen a la Federación Agraria, tendría dos versiones. El próximo 25 de junio se haría el acto oficial, organizado por el presidente de la comuna de Alcorta, que tendría como principal oradora a Cristina Kirchner, y la de los dirigentes federados, que tendrían su propia celebración, y que no es justamente la versión trucha.
El modelo productivista transformado en un duplicador de realidades.
EL RESUMEN
51,9
millones de toneladas
Ventas de soja, maíz, trigo y girasol hasta el 16 de mayo. El año pasado fueron 46,6 millones
LA FRASE
"Como protesta, los productores tendrían que retirar sus depósitos del Banco Provincia"
Alberto Frola
Presidente de Carbap