El Gobierno estiró hasta último momento la incertidumbre por el pago de los u$s 731 millones que vencen mañana con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y las negociaciones contrarreloj acercaron posiciones para cerrar un acuerdo preliminar que debe ser revisado por el directorio.
"Seguimos trabajando", dijo desde Instagram el ministro de Economía, Martín Guzmán frente a la posibilidad de un anuncio el viernes por la mañana.
Fuentes oficiales indicaron que el Gobierno se encamina a realizar el pago de los u$s 731 millones que vencen mañana y se prepara un anuncio conjunto con el FMI.
El Ministerio de Economía mantuvo el hermetismo, con la definición en manos de la Casa Rosada sobre si se sacrificaban reservas o se demoraba el pago hasta tener el acuerdo cerrado, con los incumplimientos como parte del paquete para acelerar el cierre de la negociación.
Para esto, se intensificaron las llamadas y videollamadas entre Buenos Aires y Washington DC, donde está la sede del Fondo Monetario con los equipos técnicos de Julie Kozack y Luis Cubeddu con Guzmán y Sergio Chodos para limar los aspectos principales.
Según trascendió, se trataría de un acuerdo light, sin reformas estructurales, pese a que esas condiciones forman parte de los programas de facilidades extendidas como el que negocia argentina.
Todo mientras en la puerta del Palacio de Hacienda, los partidos y agrupaciones de izquierda le reclamaban a Martín Guzmán que no pague y que investigue la deuda con el Fondo. "Este Gobierno hizo las cuentas para que le cierren al FMI y dejo de pagar el IFE", apuntaron desde el escenario en la esquina de Balcarce e Yrigoyen, entre el Ministerio de Economía y Casa Rosada.
La velocidad del ajuste fue el principal punto de discusión con el FMI y en las últimas semanas se fueron acercando posiciones. Pero el toma y daca por el nivel del gasto público también abarca definiciones sobre cómo se financia, la emisión monetaria y la asistencia al Tesoro desde el Banco Central.
El año pasado Guzmán sobrecumplió la meta de déficit fiscal de la mano de ingresos extraordinarios como el aporte por única vez de las grandes fortunas y la llegada de los derechos especiales de giro (DEG) que colocó en el BCRA a cambio de pesos y volvió a usar para pagarle al FMI, dejando letras en la Autoridad Monetaria. Así logró un déficit del 3%, más de 1,2 puntos por debajo de lo previsto e incluso más bajo que el rojo fiscal que pensó para este año, de 3,3% en el fallido Presupuesto 2022.
En la negociación, sin embargo, el Fondo Monetario pidió supuestos sólidos, que puedan ser cumplidos, después del "fracaso" según el staff del organismo del acuerdo de Stand By firmado con el Gobierno de Mauricio Macri en 2018 y por el que se negocia un programa de facilidades extendidas.
Así presionó por llegar al déficit cero en 2024 y la contraoferta que el Gobierno puso sobre la mesa lo plantea para 2026, en lugar del 2027 original que detalló Guzmán ante los Gobernadores. Cómo llegar año a año es parte de la discusión. Así, para este año el FMI había reclamado bajar el déficit al 2%, mientras que la propuesta oficial llegó al 2,5%.
Tanto el FMI como el Gobierno anticiparon en los últimos días que el acuerdo estaba cerca y el pago de este viernes se tomó como un elemento de presión, para no pagar hasta no tener resuelto el acuerdo.
La demora en el pago, en el caso de que no se realizara mañana pese a que el jefe de Gabinete Juan Manzur dijo que hay "voluntad de pagar al FMI", dejaría lugar a un atraso. Todavía no hubiese representado un default. Según el manual del Fondo, entra dentro de la categoría de "arrears", una demora, que si no se resuelve en unas semanas, puede generar punitorios.
Todo formó parte de la negociación, que según indicaron fuentes del FMI, para poder tener un cierre pronto, como dijo la número dos del organismo Gita Gopinath en su conferencia de prensa esta semana. Allí se conoció que el FMI mejoró el crecimiento previsto para el país a 3%, una señal de que descuenta que habrá un acuerdo, en medio de una rebaja de las previsiones de PBI mundial y regional.
La incertidumbre, sin embargo, no fue gratuita. El Central vendió otros u$s 100 millones de reservas, el dólar blue tocó otro récord de $ 223 y los dólares financieros también se tensionaron pese al intento oficial de mostrar la cercanía del acuerdo.