Los molinos se cubren de una devaluación comprando trigo
Están impulsando la demanda | PUNTOBIZ
Hace un mes, tibiamente se empezó a reactivar la operatoria en el maltrecho mercado de trigo argentino. Algunos exportadores -desafiando incluso una orden directa del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno- empezaron a comprar el cereal en condición forward (entrega diferida) pero pagando un valor bastante menor al precio pleno .
Pero desde hace dos semanas el volumen operado en trigo empezó a aumentar de manera substanciosa, incluso en un momento en el que estacionalmente no es temporada alta para la comercialización del cereal. Es más, en estos momentos las operaciones por nuevas exportaciones de harina de trigo están virtualmente paralizadas después de la decisión del Gobierno para que los exportadores liquiden divisas en un plazo de quince días.
Y ahora no es sólo la exportación la que mueve el mercado, sino que el impulso a la demanda lo están poniendo los molineros. Y no sólo no están tan exigentes como antes buscando trigo de muy buena calidad, sino que hasta acortan los plazos de pago y abren el abanico a más fechas de entrega de la mercadería. Es más, de a poco mejoran el precio que pagan al productor, aunque lejos del Fas teórico.
¿Qué ocurre? La movida no tiene raíz en decisiones comerciales o productivas. Lo que ocurre es que se están posicionando en granos para cubrirse ante la expectativa que hay en el país de una fuerte devaluación del peso frente al dólar.
En efecto, a diferencia de los exportadores –que tienen ingresos en dólares y créditos en dólares de prefinanciación- el grueso de la molinería trabaja fuerte en el mercado interno. Y teniendo los pesos en la mano sin posibilidad de cubrirse en dólares, salen a comprar trigo –con precio barato por las regulaciones estatales- porque los granos cotizan en dólares. En definitiva, se cubren en dólares atesorando granos.
De alguna manera, todo el sector agropecuario está buscando quedarse con los granos en la mano. Incluso, al productor sojero no lo tientan como antes los buenos precios de la oleaginosa por arriba de los $1.500 la tonelada.
Es que como ocurrió cuando se concretó la mega-devaluación del Gobierno de Eduardo Duhalde, quienes hicieron gran diferencia económica fueron los que tenían los granos, ya que al estar dolarizados los vendieron mucho mejor comparativamente.
Y en este tire y afloje entre industriales y productores por la posesión del grano, la desventaja que tiene el hombre de campo con el trigo, a diferencia de la soja, es que al ser un cultivo con mercado más intervenido se desprende más rápido apenas le ofrecen comprarlo y lo termina rifando a precios bajos.