La demanda se muestra selectiva, en busca de oportunidades, que no abundan; en la zona núcleo los precios oscilan de 13.000 a 14.000 dólares por hectárea. LA NACIÓN
“El año 2022 no pinta ni excelente ni muy malo; va a ser un tiempo para pelear las operaciones, con muchas fuerzas contrapuestas y con los avatares de la economía argentina”, afirma Mariano Maurette, responsable de campos de Álzaga Unzué y Cía., al considerar el presente y el futuro del mercado de tierras en nuestro país.
“Actualmente se enfrenta un mercado un poco más tranquilo que el del segundo semestre de 2021, un momento en el que subió el precio de los granos, lo mismo que los arrendamientos. En 2022 juega en contra la guerra entre Rusia y Ucrania, los vaivenes por las retenciones y el tratamiento hostil hacia el campo por parte del Gobierno. Todo eso provoca que solo opere una demanda selectiva que busca oportunidades, que no abundan, por lo que se concretan pocas operaciones”, completa.
Principalmente se cierran negocios por campos chicos y medianos, muchas veces adquiridos por productores que deciden invertir sus capitales levantando la vista del presente y con visión de futuro. “Por ahora no aterrizan grandes inversores con muchos millones de dólares buscando posicionarse en la Argentina”, observa el operador.
Finalizó la baja
Respecto de los valores de los campos, Maurette estima que la baja que se inició en los últimos años estaría llegando a su fin, para configurar un nuevo piso con cotizaciones estables, sin perspectivas de rebotes por ahora. Así, en los buenos campos de la zona núcleo, de los 17.000-18.000 dólares por hectárea de hace unos años se llega a los 13.000-14.000 actuales cuando se quieren cerrar negocios de manera efectiva; valores superiores no consiguen interesados firmes.
En el oeste de Buenos Aires –Pehuajó, por ejemplo– los valores fluctúan de 5500 a 6500 dólares por hectárea, con posibilidad de llegar a 7000 en fracciones excepcionales. Por su parte, un campo de cría en la Cuenca del Salado se cotiza de 2200 a 2500 dólares por hectárea, para llegar a 3000 cuando incluye mayor proporción de loma. En la mejor parte de Entre Ríos –Diamante, Victoria– se piden 7000-8000 dólares por hectárea, que bajan a 4000-5000 en Gualeguay.
Algunos compradores piden financiación para concretar operaciones. El monto que se puede llegar a acordar no supera el 40% del total, con un plazo máximo de un año, pagaderos con moneda dura o a valor producto”, concluye Maurette.
Carlos Marin Moreno