Desde el domingo, las cosas han cambiado en el mundo. Manuel Alvarado Ledesma. AGROSITIO
Si miramos el plano financiero mundial, desde ayer las cosas están algo mejor.
Se acabó la aguada incertidumbre sobre el euro en Grecia. Al ganar un partido de corte conservador y superar a las izquierdas, la situación en Europa, aunque todavía lejos de arreglarse, tiene al menos una expectativa favorable.
Como la política monetaria de EE.UU. se dirige a promover el debilitamiento de dólar, ahora con el resultado de las elecciones griegas en la mano, mayor es la posibilidad de que el euro se fortalezca. Aunque sea poco. Y al menos en términos de dólares.
A su vez, como lo hemos venido analizando el yuan tiene por delante un futuro de fortalecimiento con el objeto de facilitar y abaratar las importaciones de China.
De esta forma, la nueva alineación de divisas favorecería el sostenimiento de los valores.
Además, los fondos encuentran desde ahora un cuadro más alentador. En el nuevo contexto mundial, la actitud de los fondos debería ser diferente y en lugar de buscar ventas sería razonable que tiendan a incrementar sus posiciones compradas o, al menos, a sostenerlas.
Sabemos que los fondos, aún después de las grandes ventas de los últimos meses, continúan en posición comprada. El temor hasta la fecha se basaba en la posibilidad una masiva salida como consecuencia de un agravamiento en el cuadro europeo.
Afortunadamente, el escenario de liquidación masiva de los fondos está, por ahora, descartado. Podría suceder que haya liquidación; pero hoy no parece probable, a la luz de las elecciones en Grecia, que revelan una racional tendencia del electorado a favor de una mayor austeridad fiscal.
Puede decirse, entonces, que hoy el panorama resulta más alentador respecto al que se presentaba antes.
En cuanto a los fundamentos, las perspectivas de precios siguen siendo positivas.
Pero antes de hablar sobre algo firme, debemos poner toda nuestra atención en lo que, en estos momentos, está pasando en EE.UU.
El llamado mercado climático está operando y, por ende, se encuentra a la espera de futuras lluvias a fin de establecer nuevos valores según sea la intensidad de éstas.
La cosa será más aguda en agosto cuando venga la etapa crítica para el cultivo. La cuestión es que, por ahora, predomina el tiempo seco en el Medio Oeste del país, por lo que existe una interesante soporte para los valores.
Respecto al mercado argentino, tal soporte se muestra más fuerte aún.
Frente a la baja disponibilidad local de poroto para la industria y para la exportación de poroto, la realidad es que estamos frente a un esquema de estrechez.
En principio puede afirmarse que la producción ya ha vendido cerca de 25 millones de toneladas.
Por tal razón, el remanente para vender se aproximaría a tan sólo 15 millones. Para encontrar un volumen tan bajo, hay que remontarse a la campaña 2008/09 cuando la sequía restringió la oferta a tan sólo 32 millones de toneladas.
Así las cosas, no debería haber sobresaltos en el mercado de los próximos días.