20/03/2012

Tiempo decisivo para la soja

La demanda global se mantiene firme, pese a los graves problemas del mundo, pero hasta cuándo, por Manuel Alvarado Ledesma . AGROSITIO

Que el año se presenta con un ajustado balance de oferta y demanda, ya nadie lo duda. El problema es que cada día resulta más fuerte la preocupación al respecto.

Ya se descuenta, por ejemplo, que el USDA en su próximo informe realice nuevos recortes en la producción de soja por la sequía que golpeó a la región agrícola de Sudamérica.

Al inicio de la campaña para esa región, se aguardaba que una cosecha de 75 millones de toneladas en Brasil, de 52 millones en la Argentina y de 9 millones en Paraguay, los grandes productores del área. Si a estos números se le suma la producción de Bolivia y Uruguay, se esperaba una cosecha total de cerca de 140 millones de toneladas.

Pero la cruda realidad es diferente. Ahora sólo se espera una cosecha de 120 millones de toneladas, básicamente por la caída en la producción de Brasil y de la Argentina. Y quizás menos todavía.

Seguramente, tal rebaja incentivará un mayor grado de retención y de demora en las fechas de venta por parte de los productores, como resultado de la convicción imperante de que la soja será “algo escaso” en el mundo. Por lo menos hasta el momento en que se produzca la entrada de la nueva cosecha norteamericana, es decir en poco más de seis meses.

Pero el ajustado balance no resulta únicamente de la oferta. Acá está lo más importante: la demanda global se mantiene firme pese a los graves problemas del mundo que están desacelerando su economía.

Al menos por ahora, China continúa participando activamente en el comercio. De hecho, su papel como importador llama la atención. Se comporta como si los números del USDA no fueron acertados. Por ende, toma decisiones como si la cosecha de América del Sur vaya a ser más reducida todavía. Más aún de lo que dicen las estimaciones oficiales, como las del USDA.

China -es cierto- está en un período de aterrizaje. Pero éste no se muestra drástico. La cuestión es que su interés por soja no decae.

Otro elemento que hace a la demanda viene de la industria aceitera, gran compradora de soja para biocombustibles. Algo que camina a paso firme.

En el caso particular de la Argentina esta industria tiene un gravitante peso a la hora de formarse el precio de la soja. La demanda derivada de este sector cumple un rol definitorio.

El impresionante desarrollo de la industria de biocombustibles exige el aporte creciente de la producción de soja. Este hecho no es un tema de coyuntura, sino que responde a un cambio estructural de la demanda que ha llegado para quedarse.

La capacidad de esta industria argentina requiere de más o menos 3 millones de toneladas de aceite de soja. Para lograr tal volumen, las aceiteras deben contar con alrededor de 16 millones de toneladas de soja. Se trata de aproximadamente el 35% de la producción anual. ¿Qué les parece?

Finalmente, recordemos que siempre hay bajantes. La posición comprada de fondos es muy grande y, en un contexto de varios días de subas consecutivas, lógicamente, se dan bajas por toma de ganancias.