Las órdenes de compra de China están impulsando la cotización internacional de la oleaginosa. Ese factor, sumado a las perspectivas de una menor cosecha que la prevista en Sudamérica, lleva a los mercados a anticipar una suba de los precios. Lorena D’Angelo. LA VOZ DEL INTERIOR
Las semanas pasan mientras nos vamos aproximando a la cosecha de la gruesa con un buen comportamiento para los precios de la soja, cuando en algunos años la presión de la oferta comienza a despegar el precio local del externo.
En el mercado de Chicago los futuros de la soja lideraron las subas semanales para llegar a los niveles que se alcanzaron en septiembre del 2011 y luego de haber acumulado una mejora del 9,6 por ciento durante el mes de febrero, la mayor suba mensual registrada desde diciembre del año 2010.
La recuperación de la oleaginosa se fundamenta sobre la actividad que está demostrando la economía de China en el mercado exportador, buscando agresivamente soja estadounidense ante las perspectivas de que puedan producirse recortes adicionales de la cosecha en América del Sur por el impacto de la sequía en toda la región.
Los datos del informe mensual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) muestran una proyección con reducción en la producción sudamericana de soja del orden de las 6,3 millones de toneladas para la campaña 2011-2012 respecto de la cosecha de 2010-2011.
Sin embargo, las estimaciones de cosecha que se conocen en el mercado local están más próximas a una pérdida de 13 millones de toneladas, o sea, en un nivel muy superior.
Esta semana la consultora Oil Word estimó que la producción global de soja anotaría una caída récord de un 7,2 por ciento, equivalente a 19 millones de toneladas, hasta alcanzar las 246,5 millones de toneladas en el período 2011-2012.
Esta menor oferta está dada principalmente por la situación climática en Sudamérica, pero recordemos también que los Estados Unidos redujeron su proyección de producción en 7,43 millones respecto de la campaña precedente.
Estos factores, reunidos, generan una suba de precios frente a la perspectiva de los operadores de que habrá una firme demanda global. Esas previsiones ya se están confirmando con las recientes compras ordenadas desde la economía china.
Por otro lado, aparecieron los fondos financieros que continúan ingresando dinero a los mercados de futuros de la soja, con el consecuente resultado de alentar a los productores estadounidenses para que siembren aun más la oleaginosa, de modo de conseguir un mejor balance entre lo que se prevé sembrar de ésta y de maíz en la próxima campaña, que comienza en pocas semanas.
La mayor demanda externa de la oleaginosa y la menor oferta desde países los competidores del Hemisferio Sur son factores de mucha fortaleza que se unen para potenciar las expectativas de ventas de soja de los Estados Unidos, todo lo cual redondea el círculo y termina brindando un fuerte impulso alcista a los precios en el mercado de Chicago. De esas pizarras a la orilla del lago Michigan, sale el contagio para los precios locales de la oleaginosa.
La soja en nuestro mercado se encuentra en estos momentos próxima a cotizar 1.400 pesos para la entrega disponible. Y la cotización para los contratos a futuro, con entrega a partir de mayo, llegaron a los 318 dólares.
La evolución de ambos valores muestra un comportamiento de precios más cercano a lo acontecido en 2008-2009 –cuando el contexto productivo local mostró una caída de 15,2 millones de toneladas respecto del ciclo precedente– que a los ciclos posteriores, donde, a partir de fines de febrero o comienzos de marzo, los precios de la nueva cosecha de soja comenzaron a bajar.
Para la soja el contexto externo se refleja claramente en los precios. Pero no sucede lo mismo con el contagio de precios a los demás productos, que están limitados por la tranquilidad de la demanda de exportación, a pesar de que en el maíz nos enfrentamos a la misma situación de menor oferta local.