En EE.UU. se sembraría menos de lo necesario. Enrique Erize | Para LA NACION
Sin duda alguna, la soja ha tomado el liderazgo en materia de cotizaciones en la Bolsa de Chicago, liderazgo que durante fines de 2010 y buena parte de 2011 le correspondió al maíz. Y ello esta plenamente justificado, toda vez que la cosecha sudamericana de la oleaginosa continúa "achicándose" y que las proyecciones oficiales de asignación de superficies en los Estados Unidos anuncian un aumento mayor al esperado para el maíz (la plaza maicera se "acomodaría" muy bien con rindes de tendencia) y un área para la soja extremadamente ajustada.
En otras palabras, los números -así planteados- no cierran para la oleaginosa. La producción sudamericana, en nuestra opinión, podría ubicarse 20 millones de toneladas por debajo del ciclo pasado y -muy probablemente- 7 millones de toneladas por debajo de lo estimado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés) en su reporte de marzo.
Así, resulta claro por qué las proyecciones del USDA trajeron cierto pánico al mercado. Porque si se cumplen las mismas, el mundo dependería de una gran cosecha sojera sudamericana en la campaña 2012/2013 para nivelar los números de la oleaginosa. Y para que ello pueda darse hay que transitar diez largos meses, plazo que los chinos difícilmente estén dispuestos a acompañar sin accionar activamente.
Nueva historia
Por el otro lado, es cierto que la historia del nuevo ciclo en el hemisferio norte recién comienza, pues las tareas de siembra en los Estados Unidos se extienden durante abril/mayo para el maíz y durante mayo/junio para la oleaginosa. Pero también es cierto que el farmer estadounidense es "más maicero que sojero" y que las respectivas ecuaciones económicas venían favoreciendo la implantación del forrajero.
Así, el mercado ha comenzado a "operar" en las últimas jornadas para lograr un mayor equilibrio en la asignación de superficies, ampliando el diferencial de precios entre la soja y el maíz en favor de la primera. Es necesario reconocer que dicha tarea no es sencilla, pero debe tenerse en cuenta que un switch de área del orden de sólo un 2 por ciento representa casi un millón y medio de hectáreas. Si ello se verificara y asumiendo rendimientos de tendencia en los Estados Unidos, el equilibrio entre oferta y demanda de ambos productos se regularizaría y los actuales niveles de precios no podrían justificarse.
Un capítulo aparte es el que se vincula con el accionar de los fondos de inversión en Chicago. Al momento de escribir esta nota (miércoles 4) el nivel de compras de estos actores es récord histórico, dato que pareciera anunciar una clara superación de la crisis económica y financiera mundial. Sin embargo, las noticias que al respecto se van conociendo diariamente no sugieren un escenario compatible con tal afirmación.
En definitiva, podría afirmarse que los fundamentos del mercado se han complicado (ahora por el lado de la soja). Lo que es un poco más difícil de definir es el componente especulativo que contienen los actuales niveles de precios en la plaza estadounidense.
Mercado climático
Como puede apreciarse, hemos ingresado en el denominado "mercado climático" con muchos interrogantes abiertos. Tal vez demasiados. Y ello es sinónimo de extrema volatilidad, que sólo puede ser mitigada mediante la utilización de las herramientas que brindan los mercados de futuros y de opciones sobre futuros.
Nuestra prédica al respecto se renueva. Coberturas, ¡con flexibilidad!, continúa siendo la consigna. Un productor argentino dispuesto a esperar para definir precios por su soja no debe jugarse a cara o ceca. Puede asegurase una combinación sobre posición la noviembre con un precio mínimo del orden de los 330 dólares por tonelada y un techo de 380 dólares. Un dato para reflexionar.