Un conflicto entre dos sindicatos paraliza la exportación de cereales
Cerca de 20 buques se mantienen sin operar en las terminales de Quequén, Bahía Blanca, Timbúes y San Lorenzo por una pelea gremial que amenaza con extenderse. EL CRONISTA
El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (Somu) volvió a paralizar operaciones agroexportadoras en algunos de los principales puertos del país.
Luego de un fin de semana largo en el que se ralentizaron las operaciones portuarias, el gremio mantiene frenadas las operaciones de remolque en las terminales portuarias de Quequén y Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires; y Timbúes y San Lorenzo, en Santa Fe.
El conflicto se habría generado por un traspaso sindical por parte de algunos trabajadores de San Lorenzo que renunciaron al Somu y se afiliaron al Sindicato Unido Portuarios Argentinos (Supa). Al respecto, el titular de este gremio, Herme Juárez, aseguró ser amigo de Omar Suarez, a cargo del Somu, y aclaró que no hubo ninguna operación de robo de afiliados.
Sin embargo, fuentes del sector confiaron a El Cronista que los buques que no están pudiendo operar son aquellos que tenían que hacerlo con una cooperativa portuaria que preside Juárez.
En la misma línea, y según publicaron medios bahienses, el Somu habría comunicado el viernes pasado de manera verbal que no daría servicio a los buques provenientes de la zona donde se produjo el conflicto (San Lorenzo) y a los buques de la zona sur de la provincia de Buenos Aires (Bahía Blanca y Quequén).
Esta actitud significa que al menos 10 buques se encuentran paralizados en su operatoria (están impedidos de amarrar o zarpar) en el puerto de Bahía Blanca y otros 10 más podrían sufrir el mismo destino en los próximos 15 días.
Esta disputa entre los dos amigos sindicalista termina convirtiéndose en un conflicto que pone el riesgo una de las principales, sino la principal, entrada de dólares a la Argentina por las exportaciones del complejo agroindustrial que llegan a cerca de u$s 600 millones por semana.
Además, los agroexportadores están enfrentando otro problema que tiene que ver con un cambio operacional. Desde el mes pasado comenzó a aplicarse la Resolución de la AFIP Nº 3506 que le quita al exportador la opción de elegir el método de pesaje para cargas sólidas y sólo permite a la Aduana determinar el método en los puertos, triplicando el retraso de las cargas sólidas a granel. El temor es que la Aduana elija por el la medición por calado y no las balanzas electrónicas.