EL CRONISTA
por Por Dolores Olveira dolveira@cronista.com
Las compañías tienen distintas herramientas para disminuir la carga de impuestos que deben pagar y algunas pueden tener especial importancia para la empresa agropecuaria, por sus características o por el volumen de sus negocios. Van desde mecanismos impositivos más o menos conocidos que se pueden aplicar al vender un campo hasta estrategias para alivianar el peso de las retenciones, o soluciones más novedosas como los aportes a una SGR.
Federico Constantino, de Auren, comentó que en el Impuesto a las Ganancias el régimen de venta y reemplazo, que es opcional, permite afectar la utilidad por la venta de un campo, por ejemplo, a disminuir el costo de compra del bien nuevo de reemplazo, otro inmueble que no está limitado por su utilización, por lo que puede ser un edificio urbano o un galpón de una fábrica. La compra debe darse dentro de un año.
Otra opción para la aplicación del régimen de venta y reemplazo en el Impuesto a las Ganancias es la compra de un terreno y posterior construcción de un edificio, pero las obras no deben durar más de cuatro años y deben iniciarse dentro de un año de la venta. En caso de terreno ya existente, los plazos son los mismos.
El criterio conocido como de devengado exigible es la posibilidad de que en las ventas de mercaderías o bienes de uso, si se realizan en cuotas, se impute la ganancia al momento de vencimiento de las cuotas. En el agro no se acostumbra utilizar este mecanismo para la producción, pero sí podría usarse para los campos, que podrían venderse en dos cuotas, una este ejercicio y otra en el próximo. Si cierra en marzo y se vende en dos cuotas, una en marzo y otra en abril, la de abril difiere un año el impuesto, hasta la presentación de la próxima declaración jurada.
Otra herramienta es un aporte a una sociedad de garantía recíproca, que facilita el acceso al crédito a las pymes. Las SGR otorgan garantías a través de un fondo de riesgo. Tienen dos tipo de socios, unos son los partícipes, las pymes, que son las que pueden obtener las garantías que no pueden tener una participación superior al 5% del capital, y los otros son los protectores que aportan al capital de la SGR y al fondo de riesgo, que es un fondo destinado a garantizar los créditos que puedan sacar los socios partícipes.
La ventaja impositiva importante es que se deduce el 100% como gasto. Es una buena medida de planificación fiscal en un ámbito donde puede haber momentos de gran liquidez, siempre que se mantenga en el fondo de la SGR dos años. Cuando se hace, ya en ese año se deduce. Conviene porque la inversión en el fondo de riesgo tiene una rentabilidad, ya que la SGR lo invierte. El socio protector, además del beneficio de la inversión, tiene el beneficio de que se ahorra el 35% que deduce como gasto.
A los dos años queda liberado y lo que conviene es sacar el dinero y volverlo a aportar, porque se vuelve a deducir.
El fondo de riesgo tiene que estar utilizado por la SGR, por lo que hay que elegir una de confianza y que utilice el fondo de riesgo para dar garantías a los partícipes, en caso contrario la deducción está limitada al porcentaje en que esos dos años hubiera hecho uso del aporte.
Una limitación a las herramientas de planificación fiscal que buscan reducir el pago del Impuesto a las Ganancias es que si se reduce mucho, cuando se quiera distribuir dividendos, las utilidades que se pueden distribuir sin impuesto son las que pagaron Impuesto a las Ganancias, si se baja mucho la utilidad impositiva, cuando se quiera distribuir dividendos van a quedar gravados por una retención del 35%, recordó Constantino.
Otra herramienta en casos de contribuyentes que tengan saldos a favor de Ganancias por retenciones por parte de los clientes está la posibilidad de presentar una solicitud de exclusión.
En IVA la principal herramienta es la adhesión al régimen de IVA anual para empresas agropecuarias. Se presenta la declaración jurada todos los meses y se paga al final de ejercicio. Tiene como requisito que para poder estar incluido en esta opción no se puede ejercer ninguna otra actividad, ni siquiera prestar servicios agropecuarios. Hoy es difícil que alguien al mismo tiempo no alquile un campo, por lo menos. Antes era muy conocido pero ahora quedó un poco de lado, dijo Constantino.
La posibilidad de pedir una exclusión de IVA para que dejen de retener, como en Ganancias, también es útil pero hay que tener en cuenta que sirve para ganadería, pero los granos no están incluidos dentro de la exclusión, porque teóricamente el IVA se retiene y se devuelve al mes próximo, aunque el Estado no lo hace. Tienen un año y medio de atraso las devoluciones a los productores agropecuarios y algunos están haciendo amparos por mora ante el Tribunal Fiscal de la Nación, indicó Constantino.