El médico Ávila Vázquez y el biólogo Federico Kopta se mostraron conformes con la nueva ley. Asambleístas de Malvinas Argentinas reconocieron un avance, pero plantearon recaudos. El sector productivo está preocupado por el aumento de exigencias. LA VOZ
Mientras organizaciones en defensa del ambiente y la salud valoran como positiva la flamante ley de política ambiental sancionada anteayer, el sector productivo mostró reparos y criticó la presión que podría generar sobre las pyme y pequeños productores agropecuarios al establecer nuevas exigencias.
Ayer, vecinos que integran la asamblea ciudadana de Malvinas Argentinas, que se oponen a la radicación de Monsanto en esa ciudad, reconocieron que la nueva ley es un avance pero dijeron que les preocupa de qué manera se aplicará. Asimismo, repudiaron los hechos de violencia en las afueras de la Legislatura y afirmaron desconocer quienes los perpetraron.
“Desde el inicio pensamos que esta ley era para lavarle la cara y legalizar el proceso de instalación de Monsanto. Pero reconocemos que lo que se sancionó fue superador del proyecto inicial del Ejecutivo”, expresó Gastón Mazzalay.
Junto con él, Vanesa Sartori, también de la asamblea, se refirió a los disturbios: “Repudiamos todos los hechos de violencia y contra de la libertad de expresión. Son generados por un grupo minoritario que desconocemos, que se presentan siempre con el rostro cubierto y deslegitiman nuestra lucha. Dudamos de a quién responden”, afirmó. “Son gente que va en contra de las decisiones asamblearias y de los movimientos que apoyan esta lucha”. También repudiaron lo que consideraron una cruenta represión de la Policía.
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