03/04/2018

Revista Novedades Económicas - IERAL

Síntesis: Pese a la inflación, se amplía el horizonte de la política económica.
Aunque las proyecciones de inflación se estén corrigiendo al alza y las del PIB a la baja, el gobierno tiene por estas horas muchos menos incentivos para nuevos giros de política económica, como el anunciado el 28 de diciembre pasado. Es cierto que la brecha entre las expectativas y la meta de inflación apunta a superar los 5 puntos porcentuales, y también que el crecimiento este año sería un guarismo entre 2,0 % y 2,5 %, en lugar del 2,9 % de 2017. Pero, al mismo tiempo, la economía produjo buenas noticias en las últimas horas, caso del incremento de 20,7 % interanual que registró la inversión en el cuarto trimestre, los 685 mil nuevos empleos logrados en los últimos doce meses y, particularmente, el descenso de la tasa de pobreza, a 25,7 % % de la población, tras el 32,2 % promedio de 2012 a 2015. Es suficiente oxígeno como para que la política fiscal no cambie su sesgo contractivo, por un gasto que evoluciona por debajo de los ingresos y para que la política monetaria continúe con la tarea de retirar pesos de la economía, a través de la venta de dólares, que por el momento tiene menos efectos colaterales negativos que expandir el stock de Lebacs. El timón de la política económica luce mucho más firme que a fin de 2017 aunque, por supuesto, el contexto internacional obliga a no descuidarse.

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