"El diferencial entre los derechos a la exportación de productos primarios y productos manufacturados intentan compensar la menor competitividad de una rama de la producción por los obstáculos que enfrenta para el ingreso de sus productos procesados a otros mercados", explicaron desde la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA).
Respecto a la magnitud de las alícuotas, estuvieron ligadas a diferentes objetivos de política de acuerdo con los intereses del gobierno de turno: controlar precios internos, promover el desarrollo de determinadas actividades económicas y/o generar ingresos fiscales.
Desde su implementación, los derechos de exportación para el poroto se ubicaron siempre por encima de los subproductos: Sin embargo, a partir de agosto de 2018 los derechos de exportación se igualaron para los principales componentes del complejo sojero.
"Este hecho, genera un desincentivo para transformar la materia prima en origen debido a que se elimina la ventaja en términos de precio que tenían los subproductos", adirtieron desde la entidad.
En este nuevo contexto y sumado a la fuerte sequía que afrontó la producción agrícola durante la campaña 2017/18, la molienda de soja al mes de diciembre (último dato disponible) se ubica en 28,6 millones de toneladas cuando aún restan tres meses para la finalización del ciclo comercial, convirtiéndose en el volumen más bajo de las últimas seis campañas.
Respecto a igual período de la campaña pasada representa una merma en la industrialización de más de 4 millones de toneladas.
Por motivos económicos y avances tecnológicos, el área cultivada de soja se multiplicó por dos en los últimos 20 años, pasando de 8,8 millones de hectáreas en la campaña 1999/2000 a 17,6 millones de hectáreas en la campaña actual.
En conjunto con un mayor rendimiento por hectárea, la producción más que se duplicó en igual período, llegando en la actualidad a volúmenes promedio de 54 millones de toneladas.
El complejo sojero representa alrededor del 30% de las exportaciones de Argentina, lo cual lo convierte en el principal rubro exportable del país y, por ende, en la principal fuente de generación de divisas.
Dentro de las exportaciones del complejo sojero, la harina de soja es la más importante representando el 60% de las mismas, seguido por el aceite de soja con una participación del 20%