16/08/2013

Una alerta que no se agota en las urnas

Si se combina con un recorte de la producción, la caída de los precios de los granos golpeará la rentabilidad y el ingreso de divisas en 2014. LA VOZ.


La pérdida de respaldo electoral que sufrió el Gobierno el domingo es registrada en el ámbito productivo con la siguiente hipótesis: el resultado en las urnas es condición necesaria, pero no suficiente para alcanzar una mejor perspectiva económica en los meses que se avecinan.

Cuando se concrete la elección legislativa de octubre, los productores estarán en plena siembra. Y, mirando más adelante, la futura composición del Congreso no asegurará, de por sí, una revisión de las variables que inquietan a los productores.
Tampoco se perfila una entrada a boxes del “modelo” en puntos de mayor calibre; léase, reforma tributaria, cambios en el régimen de coparticipación federal, revisión de los impuestos distorsivos (caso retenciones).

Sin autocrítica y muy a la defensiva, el mensaje presidencial posterior a las elecciones insinuó un llamado “a debatir” con industriales y centrales sindicales. Pero el ministro de Agricultura y candidato a diputado por Chubut Norberto Yauhar deberá avisar que, sin mejor panorama del agro, en 2014 el Gobierno no podrá anunciar otra cosecha récord, como hizo este año después de hacer malabares con la estadística. Sobre el cierre de la última campaña se agregó a la nómina del maíz 2012/2013 un millón más de hectáreas y seis millones de toneladas difíciles de corroborar en la realidad.

El mal trance competitivo que atraviesan las diferentes cadenas de valor se agravará durante la próxima cosecha, debido a la caída de los precios internacionales. Pocos están con espaldas para “aguantar” o esperar correctivos dependientes de intereses electoralistas.

El consultor Salvador Di Stéfano sostiene que, para contar con divisas suficientes en 2014, el Gobierno deberá estimular la siembra de soja y de maíz, y tomar nota de que los márgenes de los cultivos son negativos: para salir de esa inmersión se requerirá la baja de impuestos, inyección crediticia o devaluación. Los incentivos proconsumo, como otra corrección en el piso salarial del Impuesto a las Ganancias resultarán insuficientes para dar contención y motivar al motor agropecuario.

Esta vez, la huida hacia adelante de quienes entierran mucho capital en una campaña está frente a severas restricciones. Lo advirtió la semana pasada el movimiento Crea, una de las asociaciones no gremiales de productores: sus cálculos indican que en el ciclo 2013/14 el maíz sólo es competitivo en el 25 por ciento de la superficie donde se puede cultivar, principalmente en zonas cercanas a los puertos o industrias. En el resto del país, la ecuación arroja resultados que no cubren los costos de producción y alquiler, cuando se alcanzan los rindes promedio de cada zona.

Con este panorama, tampoco es seguro que las divisas de la soja alcancen. El salvataje siempre a mano y facilista, si en este caso algún número cierra, podría encontrar un freno y mayores disgustos.