13/05/2022

Trigo transgénico: la aprobación para su siembra reabrió un debate

En A Todo Trigo, que se hace en Mar del Plata, actores de la cadena plantearon sus reparos a la autorización del Gobierno mientras la empresa desarrolladora del cereal tolerante a sequía defendió la tecnología. LA NACIÓN CAMPO
 

MAR DEL PLATA-. Eran las tres de la tarde y, con la noticia sobre la aprobación del trigo HB4 tolerante a sequía para su siembra, sumado al comunicado que había sacado ayer la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) con el rechazo al fideicomiso harinero de la Secretaría de Comercio Interior, muchos de los presentes esperaban con ansias la Mesa de Trigo en el piso 11º del Hotel Sheraton de esta ciudad.

Eran las últimas charlas de la primera jornada del congreso de A Todo Trigo 2022 y, ante un gran marco de público, comenzó a hablar el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes.

En primer término, reiteró que el ánimo que se respira en el sector agropecuario no es bueno. “Si hablamos de trigo, tampoco es bueno básicamente por la incertidumbre y falta de confianza que se vive. De hecho los números que están de la intención de siembra son más bajos. Si desde el Gobierno no tenemos señales claras, lamentablemente va a ser muy difícil revertir la incertidumbre: el productor está cansado que se anuncien medidas”, señaló.

En cuanto a la aprobación del nuevo trigo transgénico por parte del Gobierno, remarcó que desde CRA no están en contra de la tecnología (en alusión al HB4) siempre y cuando genere una mayor producción y una mayor rentabilidad.

“La noticia de hoy nos desconcierta y nos da pensar que esto nos puede llevar a situaciones y que la industria, en definitiva, tenga que buscar y acceder a mercados que en una de esas pueden hacer diferenciación de precios en lo que uno venda y que lleve a desequilibrar la cadena”, indicó.

“Me da la sensación que esto puede funcionar como una barrera paraarancelaria que en definitiva haya precios diferenciales y esto es lo más grave y, lamentablemente, estos desequilibrios los va a terminar pagando el productor. La diferencia de precios la industria la va transferir a la cadena. No hay una situación clara para que podamos estar definidos de un lado u otro. Si esto no afecta el precio del productor, obviamente vamos a estar acompañando pero la duda es qué va a pasar”, añadió.

Otro de los oradores fue Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), quien destacó que la próxima campaña fina tiene desafíos importantes que es una demanda incrementada ante el conflicto bélico Rusia-Ucrania.

En este sentido, contó que hoy por la mañana tuvo una videollamada con el ministro de Agricultura de Egipto donde está estatizada la compra de trigo. Señaló que le dijo que necesitaba trigo, pero 100% no transgénico.

“A partir de hoy esta es una nueva variable que tenemos que analizar de manera muy contundente, tomar medidas en este sentido, como se venía haciendo antes como el control del Inase más los controles que hacemos nosotros en todas las terminales que nos han permitido, sobre 14,5 millones de toneladas, que alrededor de 13 millones hayan salido sin inconveniente alguno”, dijo.

Mercado

“Pero a partir de hoy todo ha terminado, por lo tanto solo dependemos de la voluntad de la empresa qué va a hacer hacia adelante. Pone un riesgo porque el mercado internacional ya tomó nota en ese sentido. Nosotros ya vendimos para diciembre próximo 8 millones de toneladas, pero sin presencia de transgénicos. Somos fervientes defensores de las empresas que desarrollan tecnología; es por eso que somos competitivos. La innovación existe solo cuando hay aceptación comercial del consumidor. Pero el 100% del mercado mundial de trigo es no transgénico. En trigo es cero aceptación. Con esto se ha introducido un elemento más de distorsión que tenemos que tratar de resolverlo lo antes posible”, agregó.

Idígoras también señaló que la existencia de volúmenes de exportación distorsiona el mercado y genera incertidumbre, por lo que se debe trabajar en conjunto para que para diciembre de 2023 no existan resoluciones de volúmenes de equilibrio [fijados por el Gobierno]. “La existencia de volúmenes de exportación distorsiona el mercado”, afirmó.

Luego, Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera (FAIM), habló de la decisión de rechazar el fideicomiso para subsidiar la harina a las panaderías. “Nosotros no queremos esta situación porque lo hemos vivido hace 12 años y casi mueren más de 40 empresas por no cobrar. Es tanto el miedo a lo vivido y no volver a cobrar que es complejo todo. Estamos transitando un año distinto que estamos tratando de pasarlo, en un momento de alta volatilidad del trigo”, remarcó.

“Se hace muy difícil trabajar cuando la decisión del negocio no es netamente del empresario y con un continuo trabajo de la Secretaría de Comercio sobre los precios del mercado que nos lleva enfrentarnos a la sociedad con herramientas intervencionistas y dando explicaciones como si fueran creaciones molineras. Y es todo lo contrario”, agregó.

Por último, subrayó que el Gobierno mira al empresariado y, fundamentalmente a los fabricantes de alimentos, como la causa de la inflación, y no como la consecuencia: “La molinería no forma ni siquiera un centavo del precio de la Argentina: compramos 6 sobre 23 millones de toneladas”.

En este contexto, Claudio Dunan, director de Bioceres, firma desarrolladora del trigo HB4, defendió la nueva tecnología y señaló que años atrás habían armado una hoja de ruta con el resto de la cadena pero que “lamentablemente no prosperó”.

“Como no está desregulado en mercados que son importantes, seguiremos con producción de identidad preservada y así reducir el riesgo de presencia adventicia en la cadena convencional. Queremos que se sienta tranquila que no estamos generando ningún riesgo”, destacó.

También participaron del encuentro Ernesto Crinigan, presidente del Centro de Corredores de Cereales; José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires; Obdulio San Martín, presidente del Inase, y Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores de Granos.

Mariana Reinke