07/11/2013

Trigo: molineros, exportadores y productores quieren dejar de pelearse

 Acopiadores critican "falta de claridad". PUNTO BIZ


Con presencia de importantes dirigentes y productores del sector agroindustrial se llevó a cabo ayer en la sede de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires la Jornada Argentrigo 2013.

En un contexto problemático para el cultivo, la principal conclusión de los disertantes y de las autoridades de Argentrigo fue la necesidad de trabajar como cadena y dejar de pelearse entre ellos, como viene ocurriendo desde que el gobierno empezó a intervenir en el mercado generando ganandores y perdedores.

“Venimos de momentos difíciles para el trigo, momentos en que algunos eslabones perdieron y otros ganaron y luego los que primero habían perdido recuperaron terreno y los otros retrocedieron. Pero la idea de este encuentro y de esta cadena no es pasar facturas de lo que pasó, sino proyectarnos hacia el futuro, ver que tenemos que hacer para crecer. Argentina tiene todo el potencial para producir mucho más, pero para eso vamos a necesitar un fuerte trabajo de consenso, primero entre los eslabones, y luego con el sector público. ”, destacó el presidente de Argentrigo, Matías Ferreccio.

“Otro gran desafío que tenemos es explicarle a la sociedad, y a los políticos, que podemos producir fácilmente 160 millones de toneladas, aumentando la rotación de trigo y maíz, y que eso beneficia a todo el país, a todo el interior. Y ese crecimiento también requerirá de otra infraestructura, necesaria para acompañar el salto que queremos dar”, acotó Ferreccio, que fue el encargado de abrir y cerrar la jornada Argentrigo 2013.

El primer panel de la jornada estuvo a cargo de Sergio Roberto Dotto, jefe del área triguera del Embrapa de Brasil, quien explicó las características del mercado de ese país. “Brasil tiene 34.000 propiedades rurales que hacen trigo, de las cuales un 52% sólo tienen entre 10 y 50 hectáreas; 220 molinos con una capacidad de procesamiento de 15.9 millones de toneladas; 62.000 panaderías; 916 industrias de pan; 580 compañías de galletitas y 600 industrias de masas. Una de las particularidades es que buena parte de la producción está lejos de los mayores centros de consumo, lo que hace más atractivo exportar a Africa que vender al Norte del país”, destacó Dotto.

“Hoy Brasil consume 10,7 millones de toneladas de trigo, de los cuales produce la mitad e importa 7 millones de toneladas”, acotó. De acuerdo a Dotto, para el sector triguero del país vecino fueron claves “la mejora del material genético, dada por cambios en el perfil de la planta, cambios en el perfil de calidad, resistencia al estrés y resistencia a las enfermedades; y la mejora en las tecnologías de gestión dadas por una mejor densidad y espaciamiento, fertilización, control de las enfermedades, zonificación, rotación de cultivos, uso de la sistema siembra directa, manejo integrado de plagas, control biológico y sistemas de simulación y alertas”.

Seguidamente habló la economista Marcela Cristini, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), quien analizó el papel y los desafíos de las cadenas productivas. “Hoy las cadenas productivas de los países en desarrollo tienen una gran oportunidad dada en los nichos abiertos por la mejora de la dieta de países como India o China. Paralelamente, se enfrentan a mercados y consumidores mucho más exigentes debido a los requisitos que ponen intermediarios como los supermercados. Hoy las grandes novedades para estas cadenas son el crecimiento de la demanda de los países emergentes, la occidentalización de la dieta, el aumento de la población urbana y la mayor demanda de calidad que se está generando en todo el mundo en materia alimentaria. Hay que tener cuidado con esto último porque puede convertirse en la próxima barrera para el comercio”, explicó.

Como asignaturas pendientes de la cadena triguera argentina, Cristini marcó “la necesidad de recuperar la producción y el empleo, la reducción de las pérdidas en cosecha y poscosecha, la mejora de calidad y segregación, la diversificación de mercados, el aumento de las exportaciones de procesados, un adecuado diagnóstico de la infraestructura y una política de seguros y cambio climático”.

Finalmente fue el turno de Leandro Pierbattisti, asesor de la Federación de Acopiadores, quien destacó la existencia de previsibilidad, reglas claras y libre competencia para recuperar terreno en la producción. "El problema es el desorden de las cuotas, la falta de estabilidad en el mercado. Eso mata al productor y te mata como país proveedor a nivel externo. Otro ítem es la rentabilidad. Sin rentabilidad no se hace nada, ni calidad, ni volumen. No hay que olvidar que el que siembra trigo es el productor, y el productor funciona cuando hay señales adecuadas en el sentido de que su producción va a poder ser rentable”, destacó el analista.

“También es importante que compitan la exportación y la industria en el mercado. No hay otra forma de que funcione bien el mercado”, señaló. Para cerrar, Pierbattisti señaló la importancia de tener una estrategia inteligente para reposicionar al país en el mercado externo. "Podemos recuperar los mercados, pero no es fácil. No porque el mercado sea rencoroso, sino porque mientras nosotros estábamos acá con nuestros problemas surgieron nuevos jugadores. Si queremos volver a exportar tenemos que ser capaces de garantizar estabilidad”, dijo. “Además, no hay que olvidar que el trigo no se vende solo, todos los países exportadores tienen institutos de promoción trabajando fuertemente en la escena internacional”, finalizó Pierbattisti.