15/08/2018

Ruralistas cordobeses, a favor de la medida

El presidente de Cartez dijo que ya no tenía sentido que existiera el diferencial entre poroto y derivados. La Sociedad Rural de Jesús María le había llevado la idea al Gobierno en julio. El temor es que afecte el precio. La visión de economistas. AGROVOZ

Favio Ré

La decisión del Gobierno nacional de frenar la rebaja de retenciones para aceites y harinas de soja, con el fin de que converjan a la misma alícuota que el poroto, fue celebrada por fuentes del ruralismo cordobés.
Desde la Sociedad Rural de Jesús María (SRJM), por ejemplo, se ufanaron de haber sido quienes le llevaron una propuesta en ese sentido al ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, a principios de julio.
La posición de la SRJM es que el diferencial de tres puntos era razonable cuando se impuso y se quería favorecer el desarrollo de la industria de agregado de valor, pero se convirtió en una suerte de “subsidio” que ya no tiene sentido en un contexto en que las aceiteras ya han montado uno de los polos oleaginosos más grandes del planeta a la vera del Río Paraná.
El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Gabriel De Raedemaeker, reconoció a Agrovoz que fue un tema conversado en el seno de la organización, luego de que la rural jesusmariense difundiera la idea, y que están de acuerdo.
“Era una suerte de promoción industrial que ya no tenía sentido. Se hace justicia porque es un sector que ya no necesita invertir en capacidad operativa. De hecho, se importa muchísima soja”, recordó el ruralista.
De todos modos, manifestó un temor: que las agroexportadoras afirmen que esto las perjudica y quieran trasladar esta medida a los precios del poroto.

“No debería ser así, debería absorberlo la industria, el impacto para los productores debería ser neutro”, indicó De Raedemaeker. 
Visión económica
En este contexto, el analista económico, Salvador Di Stéfano, coincidió con la visión de los ruralistas.
“La medida de igualar la retención de harina y aceite con la soja me parece buena. Ya no tenía mucho sentido para una industria que está sobredimensionada, que trabaja muy por debajo de su capacidad instalada. El origen de ese diferencial era ayudar a que se capitalice y sea más grande; ahora, los números muestran una capacidad instalada industrial mucho más alta que la soja que podemos producir”, dijo Di Stéfano a Agrovoz.
Y añadió: “Lo importante de esto es que el Gobierno no paró la baja de retenciones al poroto; es el primer gobierno en mucho tiempo que está del lado del productor, y no de la industria o el exportador”.
En tanto, el investigador del Ieral de Fundación Mediterránea y especialista en temas agroindustriales, Juan Manuel Garzón, coincidió ante la consulta de este medio en que el diferencial no era una buena política, pero consideró que sí debería seguir existiendo algún incentivo a la industria, vía reintegros a la exportación.
Además, expresó su duda sobre que un mayor aporte a las arcas del Estado signifique un beneficio para los productores mayor que ese dinero en manos de la industria, y cuestionó que es un nuevo cambio en las reglas de juego.