21/11/2012

Respaldo del campo con algunos reparos

Paro general contra el Gobierno. Por Cristian Mira | LA NACION

Las concentraciones en las rutas que organizó ayer la Federación Agraria Argentina (FAA) en adhesión al paro convocado por la CGT de Hugo Moyano no alcanzaron la dimensión del conflicto entre el campo y el Gobierno de 2008, tal como prometió el presidente de la entidad chacarera, Eduardo Buzzi.

La advertencia del dirigente fue un intento de mostrar un mayor poder de convocatoria entre los productores del que realmente cuenta la FAA en estos días. Desde la última medida de fuerza convocada por la Mesa de Enlace hace cinco meses, Buzzi decidió priorizar las alianzas con Moyano y la CTA de Pablo Michelli en vez de impulsar acciones con el resto de las entidades de productores, como la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Coninagro.

Es que para la SRA y CRA, la figura de Hugo Moyano todavía sigue siendo difícil de aceptar. Muchos productores recuerdan que el líder camionero, por pedido de Néstor Kirchner, en el conflicto por la 125 mandó a sus hombres a enfrentar a los piquetes ruralistas en Ceibas, provincia de Entre Ríos. De hecho, el principal rival de Buzzi en la FAA, Alfredo de Angeli, dijo ayer que los productores de su provincia no olvidaban al Moyano de 2008. "No tenemos el consenso de las bases", dijo De Angeli en declaraciones radiales respecto de la adhesión de los productores. Por ese motivo la SRA, CRA y Coninagro apenas emitieron comunicados de apoyo al reclamo del paro de ayer, pero no se movilizaron en forma orgánica. Los productores "autoconvocados", que marcaron el ritmo de la protesta de 2008, tampoco se ven identificados con Moyano y tienen ciertos resquemores con Buzzi, por sus inicial apoyo a Néstor Kirchner en 2003, del que se desencantó poco tiempo después.

Pero detrás del juego de las tácticas políticas, hay dos coincidencias que unen a sindicalistas de la CGT y la CTA con los dirigentes rurales, que Buzzi advirtió antes que sus colegas. La primera es la absoluta falta de diálogo con el gobierno nacional. La Mesa de Enlace no es recibida como total desde enero de 2011, cuando el Ministerio de Agricultura estaba a cargo del hoy presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. El actual ministro, Norberto Yauhar, sólo convocó a los ruralistas a principios de este año para hablar de la sequía. Y apenas asumió, hace un año, dijo que sólo iba a hablar con las entidades en forma individual.

El otro reclamo que une a ruralistas con sindicalistas es la presión impositiva y la erosión que provoca la inflación sobre los ingresos. Así como la CGT de Moyano y la CTA exigen que se eleve el mínimo no imponible, los dirigentes rurales piden que se permita el ajuste de los balances por la inflación y que se reduzcan las retenciones a las exportaciones agroindustriales. Unos y otros ven que el Estado no hace distinciones entre trabajadores registrados o productores agropecuarios en el momento de desplegar su voracidad fiscal sin otorgar con la misma intensidad servicios estatales aceptables de salud, educación, seguridad o infraestructura.