18/01/2021

Producir con la guardia alta

El monitoreo de los mercados anunciado por el Gobierno nacional no despeja los interrogantes sobre el comercio agropecuario. AGROVOZ
 

En un momento en que los precios internacionales de los granos están en los mayores valores en más de seis años, el Gobierno nacional intentará que sus magnitudes no se vean reflejadas en el mercado interno. Para ello, buscará “desacoplar” los precios domésticos de las cotizaciones internacionales, a través de un acuerdo con representantes de la agroindustria.

El objetivo de separar el mercado nacional de lo que reflejan las pizarras internacionales fue también un viejo anhelo perseguido por los gobiernos de Cristina Fernández, entre 2007 y 2015.

Las retenciones a las exportaciones y el Registro de declaraciones de ventas al exterior (ROE) fueron los principales instrumentos aplicados para lograr ese cometido.

Los resultados son por todos conocidos: durante esos ocho años se perdieron 10 millones de cabezas de ganado y el monocultivo de soja dominó el modelo agrícola, debido al desinterés que generaban entre los productores hacer trigo y maíz por los cepos comerciales que pesaban sobre ambos cultivos.

Esta semana, el Ministerio de Agricultura de la Nación acordó con el Consejo Agroindustrial Argentino dejar sin efecto, primero, el cierre de las exportaciones; y luego, el cupo de 30 mil toneladas mensuales para los embarque de maíz.

Interrogantes

A cambio, propone un monitoreo del saldo exportable para llegar al empalme de cosecha sin tensiones, con el compromiso del sector privado.

La nueva estrategia oficial mantiene los signos de interrogación entre los productores. Mientras no se conozcan de forma precisa los alcances de ese monitoreo, admiten que la exportación de maíz seguirá estando bajo la lupa.

El temor es que cualquier seguimiento discrecional puede llegar a convertirse en una intervención sobre la venta del cereal.

Debido a ello, la dirigencia rural adelantó que seguirá de cerca el comportamiento oficial, luego de que con el cese de comercialización contra la intervención del mercado del maíz logró que el Gobierno diera marcha atrás con la medida.

“Si hay algo que no beneficia a los productores, vamos a tomar medidas”, advirtió Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentina (CRA) el miércoles pasado, cuando, junto con el titular de FAA, Carlos Achetoni, y de la SRA, Daniel Pelegrina, anunciaron el levantamiento anticipado de la medida de fuerza.

Bajo estas circunstancias, el agro estará obligado a seguir produciendo con la guardia en alto. Mientras tanto, mantendrá las dudas sobre si ante un escenario de precios internacionales favorable para los bienes que produce –como el vigente en la actualidad– podrá capturar ese mayor beneficio económico.

“Para el Gobierno nacional es prioritario desacoplar los precios internos de la dinámica de los precios internacionales, al tiempo que podamos seguir fortaleciendo el desarrollo del sector y las exportaciones. Desde el Ministerio trabajamos para encontrar las mejores herramientas que nos permitan crecer con ese doble objetivo”, indicó la cartera de Agricultura en el mismo comunicado en el que anunció el cese de la intervención del maíz.

Mientras el Gobierno pone bajo la lupa el mercado interno y parece cada vez más decidido a desplazar a la Mesa de Enlace como interlocutor válido con el sector y ubicar en ese lugar a la CAA, el mundo va en otra dirección, impulsada por la fuerte demanda de los granos.