Se realizó el cuarto y último debate sobre un nuevo régimen de promoción de la producción y comercialización de semillas y creaciones fitogenéticas, y la derogación de la Ley 20.247. Participaron más de 50 expositores de organismos, entidades y empresas que aportaron sus puntos de vista sobre el tema.
“Sintetizaremos junto a los legisladores y asesores las principales ideas para poder llegar a un dictamen común”, expresó el titular de la Comisión de Agricultura y Ganadería, Atilio Benedetti (UCR). AGROVERDAD
Qué se dijo durante la cuarta y última jornada de debate:
En la apertura del encuentro, Guillermo Pugliese, de la Federación de Cooperativas Agropecuarias de San Juan (FECOAGRO), expresó que “la ley debe regular el mercado a través del Instituto Nacional de Semillas (INASE), debe ser abarcativa para todas las producciones y revalorizar la cadena de valor”.
Por su parte, el prosecretario de la Bolsa de Cereales de la provincia de Córdoba, Pablo Lozano, destacó que “la semilla es un insumo estratégico para la economía argentina por ser generadora de divisas”.
Además, explicó que “sólo el 20% de las semillas autogámicas son fiscalizadas”, lo que evaluó como “una gran pérdida de competitividad en nuestro sector” y consideró que “la ley ayudaría a tener una economía más equilibrada”.
El representante de la entidad cordobesa, señaló además que no contar con una Ley de Semillas genera el consumo de 1500 millones más de herbicidas y un crecimiento al 1% (Brasil crece al 2%). Lozano pidió que la ley no sea de orden público y que se contemple el uso propio oneroso con excepciones.
Por la Universidad Nacional de Córdoba, la Ing.Julia Carreras, fitomejoradora de garbanzos, pidió una nueva Ley que reconozca el derecho del obtentor “ya que el 90% es bolsa blanca”, dijo la profesora cordobesa.
Asimismo, el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Juan Balbín, dijo que “los futuros investigadores necesitan contar con un sustento previsible en la ley” y propuso que la nueva norma incluya la posibilidad de generar contratación privada.
Miguel Tezanoz Pinto, de la Subsecretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la provincia de Buenos Aires, explicó que “para el sector agroindustrial de Buenos Aires, no hay nada más importante que una ley de semillas dado que cuenta con el 75% de los semilleros”.
Además, apuntó que “necesitamos fomentar la inversión pública y privada, que sea equitativa”, y también, dinamizar la inversión y la producción, con controles simples y que se puedan llevar a cabo”. Y, por último, abogó por que “el uso propio debería pagarse” porque “no todos los cultivos son iguales”.
Desde ASAGIR propusieron promover la innovación, reconocer la propiedad intelectual, uso propio con excepciones, pago único, valor definido por el obtentor. Además que el INSAE se considerado como único organismo de control y no declarar la Ley de Semillas de orden publicó.
El representante de ACSOJA también expresó la necesidad de alcanzar una nueva Ley de Semillas para que los legisladores puedan avanzar con una ley que “satisfaga a todos”, ya que se “pierden 13 millones de toneladas de soja por año por no tener innovación tecnológica”, expresó.
Por su parte, Javier Martínez, intendente de Pergamino, ciudad vinculada al agro, defendió la necesidad de una nueva legislación de semillas, porque “la genética aumenta la posibilidad de producción” y, asimismo dijo que va ser una ley “generadora de empleo”.
A su turno, Mauricio Sánchez Campayo, de la Asociación Argentina de Productores de Semillas (ASPROSEM), propuso “promocionar esta iniciativa a través de las instituciones públicas y privadas” y “asegurar los derechos de los obtentores”.
En nombre de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), Gustavo Idígoras, alertó sobre el problema de la inversión: “Para ser líderes mundiales tenemos que producir mil millones de toneladas”. Por ello, expresó que “necesitamos nuevas herramientas que sean superadoras en infraestructura y desarrollo, para incrementar rendimiento y calidad en el país”.
Por su parte, el orador de CREA destacó los mejoramientos genéticos en arroz, caña de azúcar, algodón y soja. Desde la entidad apoyan la retribución de la inversión en investigación y desarrollo y el uso propio oneroso.
Por último, Tamara Perelmuter, investigadora del CONICET y representante de la asociación de Campesinos, Indígenas y Agricultura familiar, advirtió “que la discusión no sea pública y muchas voces siguen estando ausentes”. Y, remarcó, en el Día mundial de la soberanía alimentaria, “que no es un debate meramente técnico sino político, discutimos nuestro modelo agroalimentario y la biodiversidad”.
*Resumen elaborado en base a información publicada por la Cámara de Diputados de la Nación y cuenta de twitter de Barbechando