15/10/2020

Problema para el trigo HB4: fuerte rechazo de los molinos de Brasil

La Asociación Brasileña de la Industria del Trigo solicitó al Gobierno de ese país que no autorice variedades transgénicas. Es un paso indispensable para que se comercialice en Argentina. AGROVOZ

Redacción Agrovoz

El Gobierno argentino autorizó la semana pasada la comercialización de la primera variedad de trigo transgénico: se trata de la semilla desarrollada por Bioceres que incorpora el gen HB4, que le confiere tolerancia a condiciones de estrés hídrico y de salinidad.
Pero su uso comercial quedó condicionado a un paso fundamental: que Brasil, principal comprador del trigo argentino, también avale su utilización. 
En ese sentido, las noticias que llegan desde el gigante sudamericano no son buenas: en las últimas horas, la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo) expresó un contundente rechazo a la posibilidad de que estas semillas genéticamente modificadas lleguen a ese destino.
En un comunicado, Abitrigo informó solicitó “a las entidades gubernamentales brasileñas que no autoricen la comercialización de estos productos en Brasil”.
Motivos
Para respaldar su postura, Abitrigo realizó una encuesta entre sus asociados: el 85 por ciento se manifestó en contra de utilizar trigo transgénico y el 90 por ciento dijo estar dispuesto a detener sus compras de trigo argentino si el trigo HB4 comienza a producirse comercialmente.
Cabe destacar en este contexto que el 60 por ciento de los panificados que se comen en Brasil están elaborados con trigo argentino, que se complementa con un 30 por ciento del cereal producido en ese país y un 10 por ciento importado de otros mercados. 
El aspecto que frena todo es que, hoy en día, ningún país del mundo comercializa variedades transgénicas de trigo.
Según un informe de la FAO que cita Abitrigo, solo se aprobaron dos variedades a nivel mundial a lo largo de la historia: la primera fue una en Estados Unidos, en 2004, que “generó grandes repercusiones negativas a nivel mundial y la interrupción de su producción y comercialización”, recordó la entidad brasileña. 
También argumentó que los análisis que se han hecho a nivel global muestran que no se aprueban trigos OGM porque “no se han identificado beneficios evidentes para las personas, siendo el objeto exclusivo de buscar incrementar la productividad del campo”. 
“Por otro lado, no hemos identificado ningún movimiento en la demanda de los consumidores brasileños por soluciones transgénicas; por el contrario, existen manifestaciones publicadas por asociaciones de consumidores con restricciones al uso de estos productos transgénicos. Las opiniones emitidas en eventos regulatorios, juicios, declaraciones de consumidores y agencias de protección al consumidor permiten inferir que el mercado brasileño es reactivo y preocupado por la adopción de alimentos transgénicos”, añadió Abitrigo.
Asimismo, advirtió que si se autorizara la comercialización de esta semilla en Brasil, se agregarían importantes costos en los controles de importación, con un impacto directo en los precios al consumidor. 
“A la luz de todos estos hechos, Abitrigo hace pública su posición en contra del uso de esta fuente alternativa de generación de alimentos”, insistió la entidad.