El Gobierno convocó a la Comisión de Emergencia Agropecuaria para el jueves. En el campo crece el malestar. PAULA LÓPEZ. CRONISTA.
 
El 2012 arrancó con el pie izquierdo para el campo y la sequía parece agravarse día a día. Si bien algunos pronósticos señalan que esta semana habrá algo de alivio por lluvias, los ruralistas se mantienen en alerta y reclamarán al Estado nacional la creación de un fondo extraordinario de al menos u$s 2.000 millones para atenuar los quebrantos que, afirman, están a la vuelta de la esquina.

En este contexto, el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, convocó para el jueves a la Comisión de Emergencia Agropecuaria. “La idea es que la Comisión continúe trabajando luego del primer encuentro y a partir de ahí evaluar qué mecanismos son los más propicios para este momento. Vamos a trabajar quirúrgicamente y llegar a todas las zonas afectadas y a los productores que más lo necesitan”, sostuvo Yauhar. “Esta es una situación de sequía con anomalías. Tenemos lugares donde ha llovido en cantidad y en otros nada, según lo detallado en los informes del INTA. Entonces tenemos que trabajar con rapidez y criterio para llegar a quien más lo necesita”, agregó el ministro.

Mientras tanto, crece el malestar en el campo. Hoy al caer de la tarde, y casi en simultáneo, productores bonaerenses se reunirán en Junín, los cordobeses harán lo propio en Río Cuarto, los pampeanos en General Pico y los santafesinos se encontrarán en Casilda. La consigna será analizar la situación puntual que atraviesan ante la falta de lluvias, que en muchos casos ya cumplió un mes largo, y elevarán petitorios de soluciones tanto a los gobiernos municipales, como provinciales y a la Nación.
En las asambleas rurales, y mientras todos esperan que se concreten los augurios del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) –cuyo informe habla de que podrían registrarse lluvias aliviadoras desde hoy mismo en las zonas más comprometidas– habrá reclamo para que el Estado otorgue unos u$s 2.000 millones para paliar la crisis que dejará la sequía.
Ese monto, creen los impulsores, es poco si se compara con el monto anual de aporte que el sector agrario hace a las arcas del tesoro en concepto de retenciones: estimadas en unas u$s 8.000 millones.

El presidente de Federación Agraria (FAA), Eduardo Buzzi, salió a defender el reclamo para crear el fondo extraordinario, a fin de evitar que los quebrantos de pequeños y medianos productores se multipliquen de manera exponencial.

“La sequía es cada día más grave, y afecta más severamente a Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires, en una etapa del año clave para el éxito o fracaso de la principal actividad agropecuaria, que es la cosecha gruesa”, dijo Buzzi.

Con la falta de agua, la situación se torna cada día más crítica en gran parte de las zonas productivas argentinas, remarcaron técnicos de los Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria (CREA), que salieron a relevar cultivos.

El maíz es el más perjudicado: si no llueve de manera generosa en los próximos 10 días, las pérdidas serán muy importantes. Si bien nadie se arriesga a estimar todavía la magnitud del recorte, se habla de que podrían restarse entre 5 millones y 7 millones de toneladas a la producción total, prevista inicialmente en unas 26 millones de toneladas. La soja también está complicada, buena parte porque no se sembró la denominada “de segunda”, y el recorte también podría llegar a unas 5 millones de toneladas al final del ciclo productivo y si las condiciones climáticas tienden a normalizarse (algo que está en duda en todas las previsiones).

A precios internacionales del viernes, esas 10 a 12 millones de toneladas menos de maíz y soja representan unos u$s 4.000 millones menos de ingresos para el país. Ello implica menos dólares para este año, en un momento en que el ingreso de divisas por la cuenta corriente se reduce y las presiones en el mercado cambiario son incipientes.