26/02/2013

Menos divisas cuando más se las necesita

En 2012, la sequía había hecho estragos, primero en Brasil y en la Argentina, después en los Estados Unidos. Como consecuencia, los precios de la soja saltaron a niveles récord. El mercado de futuros de Chicago rebasó los 650 dólares por tonelada. Carlos Petroli. LA VOZ EL INTERIOR.

Hace unos pocos meses, todos los números daban para arriba. En 2012, la sequía había hecho estragos, primero en Brasil y en la Argentina, después en los Estados Unidos. Como consecuencia, los precios de la soja saltaron a niveles récord. El mercado de futuros de Chicago rebasó los 650 dólares por tonelada.

Después, todos fueron por la revancha: la corriente cálida de El Niño auguraba mejores cosechas. El primer cálculo del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda), tres meses atrás, daba 55 millones de toneladas de soja en Argentina.
Los números son hoy muy diferentes en volúmenes y en precios, y nada puede darse por definitivo. La cosa puede ser todavía peor: lo que ayer calculó la Bolsa de Rosario es toda una advertencia. Por añadidura, los precios internacionales podrían no recuperarse para compensar la pérdida física.

Es que, aun con el traspié local, los volúmenes que aporten Brasil y Estados Unidos junto con otros proveedores, durante los próximos meses, alcanzarían para moderar la presión sobre los precios. La cosecha sudamericana todavía se perfila en un récord de 153 millones de toneladas.

Y vale anotar el dato: las posiciones más cercanas en Chicago ya están en unos “modestos” 533 dólares por tonelada. Y para cuando ingrese la cosecha estadounidense, allá por septiembre-octubre, descienden hacia los 454 dólares. Todo para abajo.
Con productores para nada holgados en sus cuentas y un Gobierno ávido de divisas frescas, semejante tobogán dista de ser una buena noticia económica.

Los nuevos cálculos de la cosecha, de confirmarse, moderarán la perspectiva de reactivación en un 2013 ya complicado por la tensión inflacionaria y el desfase cambiario, que afectan al motor exportador.

Analistas ligados al agro advierten que, aun cuando el Gobierno nacional ajuste el tipo de cambio nominal, el valor de la soja para el productor no mejorará.

De tal modo, resultaría inviable aplicar al sector nuevas extracciones, por cuanto se agravarían los problemas de rentabilidad y de competitividad ya vigentes.

El recálculo bajista sobre los ingresos y los precios de la nueva cosecha restan argumentos a quienes hacen números sobre la holgura de la “renta sojera”.

Pero, por otro lado, agregan presión sobre el ventilado plan de un nuevo desdoblamiento cambiario para oxigenar al Gobierno.