09/10/2019

Los ingresos fiscales por la soja caerán un 15% en 2020 tras la baja de precios

La cadena oleaginosa aportaría US$1.500 millones menos. BAENEGOCIOS

La caída de los precios de la soja de cara a la próxima campaña impactará de lleno no sólo en las futuras divisas por la exportación del grano sino principalmente en los ingresos fiscales, que retrocederán un 15% en 2020. La cadena oleaginosa aportaría US$1.500 millones menos que lo estimado para el presente ciclo.
Los datos fueron consignados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que señaló que el valor de la materia prima presenta a la fecha una merma del 5% respecto de lo visto hace un año.
Hoy la soja a mayo de 2020 se paga a US$240 la tonelada, mientras que un año atrás el precio era de US$260. La caída se debe a la guerra comercial que desde 2018 llevan adelante China y EE.UU., y todo indica que continuará en los próximos meses.
"No sólo está la incertidumbre en saber qué pasará sino que también abre una brecha en los precios dependiendo de su origen; en el caso nuestro se hace más cara", advirtió el economista de la Bolsa, Agustín Tejada. No es menor tampoco la fiebre porcina, que le agrega otro condimento para que China compre menos porotos.
A este contexto se le suma que en las distintas zonas productivas del país hay un aumento de los costos directos de entre 4% y 10%. El margen bruto pasó de 250/600 dólares por hectárea en el periodo 2018/2019 a 80/340 dólares por hectáreas en el ciclo 2019/2020.
En ese marco, desde la Bolsa de Cerales porteña señalan que la cadena sojera aportaría en su conjunto US$14.292 millones al PBI en 2020, lo que representa un retroceso del 10% (ó US$1.500 millones) respecto de 2019.
El menor volumen producido y la caída en el precio de la soja afectarían negativamente al resto de las variables económicas. Se esperan reducciones del 15% en la recaudación fiscal (a US$6.146 millones), 10% en la inversión (a US$5.917 millones) y 12% en las exportaciones (US$16.493 millones).
Cabe recordar que las primeras estimaciones de la Bolsa para la zona apuntaban a un incremento de 200.000 hectáreas, que permitiría llevar el área nacional a 17,6 millones de hectáreas durante la campaña nueva. Pese a esta leve expansión territorial, difícilmente se puedan igualar los elevados rendimientos recolectados durante el ciclo previo. La proyección de producción se ubica en torno a los 51 millones de toneladas contra los 56 millones actuales. La merma responde a la menor inversión en tecnología y al mal escenario climático, que por ahora viene afectando al trigo y al maíz.
Otro factor relevante es el escenario político, con un claro efecto en la retención del grano. En septiembre se comercializaron 2,71 millones de toneladas versus 3,37 millones de agosto. La caída del 19,5% casi que no se notó en las divisas porque las exportadoras hicieron un "gesto patriótico" adelantando dólares en el último mes.