Canje por fierros. Aunque no se espera el mismo nivel de ventas que el año pasado, igual hay optimismo entre los fabricantes de maquinaria agrícola por el nivel de inversión que mueven los productores. (Javier Cortez). AGROVOZ

En diciembre de 2015, la eliminación de las retenciones a los cereales y la disminución de la alícuota a la soja les proporcionó a los granos una revalorización. Ese plus se vio reflejado en el poder de compra que, a pesar de las variaciones en los precios, en los costos y en el tipo de cambio, les permite 15 meses después mantener una buena relación respecto a los insumos.
“No se va a percibir el shock del año pasado en materia de ventas, pero frente a una buena cosecha de granos, el productor está saneado y va a invertir”, afirmó Mario Bragachini, técnico del Inta Manfredi y referente nacional en maquinaria agrícola. Según su visión, los precios agrícolas son aceptables y, aunque el tipo de cambio este planchado, el productor mantiene poder de compra. 
En las fábricas también manifiestan la buena relación que existe entre los precios agrícolas y de los implementos para cerrar operaciones. Para una cosechadora clase 6 de última generación, por ejemplo, el productor necesita 1.100 toneladas de soja, el mismo volumen que hace dos años. 
Igual pasa para un tractor de mediana potencia, en el que la relación insumo producto llega a 560 toneladas. 
Más allá de que la relación no se ha modificado, el aumento en la productividad por hectárea ha mejorado los números del productor. “Hasta hace dos años, el productor estaba limitado por una cuestión financiera y usaba un paquete tecnológico mucho menor. Ahora el escenario cambió y por cada dólar que invierte en la producción, el ingreso es mayor que hace dos campañas”, explicó Christian Lancestremere, director comercial de Case Argentina. 
Indicadores
Los granos también pasan por un buen momento en relación con los insumos. Según la Bolsa de Cereales de Córdoba, la rotación trigo-soja de la campaña 2015/2016 resultó favorable en términos de la relación insumo/producto, con mejoras de 18 por ciento respecto a la campaña anterior. La ecuación también se optimizó en maíz, aunque neutralizada en forma parcial por la suba del 13,7 por ciento en el costo de las semillas. 
“La soja es el cultivo estival que más ha mejorado en términos de insumo/producto, ya que en promedio se necesita 18 por ciento menos de producción para comprar igual cantidad de insumos respecto a marzo de 2016”, precisa el informe.
Este comportamiento se explica por un doble movimiento: por un lado, el valor de la tonelada de soja en Rosario subió 40 dólares con respecto a igual fecha de 2016, mientras que insumos como el glifosato bajaron 40 dólares el litro y los fertilizantes fosforados disminuyeron 60 dólares por tonelada. 
El trigo, por su parte, es el cultivo que más se ha favorecido en términos de relación insumo/producto, con una reducción interanual promedio del 18,7 por ciento.