Luego de varios años de caída en el ingreso de divisas y en el ingreso por retenciones para el Estado, 2017 es el año del quiebre de esta tendencia, recuperando al menos gradualmente las fuertes bajas sufridas en este último quinquenio. LA NACION
Nuestro análisis indica que el ingreso de divisas proyectado durante 2017 podrá llegar a US$ 27.840 millones, contra los US$ 22.366 millones de la cosecha anterior, con un aumento de US$ 3841 millones. El incremento en el ingreso de divisas quiebra una serie negativa que se inició tras la campaña 2013, cuando el ingreso llegó a los US$ 36.000, segunda mayor marca desde 2008, cuando el ingreso llegó al súper record de casi US$ 38.000 millones.
El dato de mayor impacto es que hoy el Gobierno tiene que enfrentar una caída de US$ 8160 millones en el ingreso de divisas si lo comparamos con los máximos alcanzados durante 2013. Esta caída constante y consecutiva en el ingreso de divisas es consecuencia de una acertada y exitosa política anti exportadora del complejo agropecuario implementada por el gobierno anterior. Y a pesar de todo, en 2017 habrá mayores divisas que las ingresadas en 2016, consecuencia de la acertada y exitosa política agroexportadora llevada adelante por el actual Gobierno. Una vez más, el campo demostró ser el motor de arranque de la economía del país.
Para tener una idea de la magnitud de las cifras que aportó el campo, durante los ocho años de gobierno de Cristina Fernández, el total acumulado de divisas ingresadas llego a los US$ 235.364 millones y el total de dinero que recibió el gobierno anterior en concepto de recaudación por retenciones llegó a un total acumulado de US$ 65.662 millones. Con este dinero se podrían haber construido rutas por un total de 65.000 kilómetros; hubiera sido suficiente para construir 13.132 hospitales rurales de atención primaria y podríamos haber construido más de 100.000 escuelas rurales. Pasaron 10 años y cuando se producen lluvias excesivas sobre importantes zonas productoras agrícolas de la provincia de Buenos Aires y de Córdoba, así como en la principal cuenca lechera de Santa Fe, continúan sufriendo inundaciones.
Respecto del ingreso por retenciones, la sorpresa es que para 2017 se proyecta en aumento frente a 2016. Nuestro análisis indica que tendremos por retenciones un ingreso proyectado de US$ 5150 millones, con un aumento de US$ 1122 millones en comparación con los US$ 4028 millones ingresados durante la cosecha 2016. La política implementada por el Gobierno ha partido de un correcto diagnóstico: con el anterior nivel de retenciones el sector agropecuario era inviable.
La eliminación de las retenciones al trigo, al maíz, al girasol y demás productos de las economías regionales tuvo un efecto boomerang con un fuerte incremento en la superficie, producción y saldos exportables de estos productos. Este aumento de superficie y producción no tiene antecedentes en la historia agrícola de la Argentina y es una clara demostración de cómo el gobierno anterior le mordió la mano a quien le daba de comer.
Contrariamente a lo que muchos políticos, sindicalistas y organizaciones sociales piensan, en cuanto a que el actual Gobierno le ha dado muchos beneficios al campo, el análisis de los números indica que sin la eliminación de las retenciones la mayoría de los productores, por no decir todos, hubieran tenido márgenes brutos negativos. En la práctica hubieran quebrado y todo el sector hubiera tenido que enfrentar deudas por más de US$ 5000 millones, con el consecuente impacto negativo sobre toda la economía en su conjunto. En definitiva, el gobierno de Macri evitó la quiebra generalizada del sector.
El autor es director de AgriPac Consultores