Los ruralistas critican al Gobierno por no tener en cuenta al sector que le aportó más de u$s 70.000 millones en la década de gestión que lleva el kirchnerismo. EL CRONISTA.
La mesa de enlace que agrupa a las entidades rurales nacionales confirmó ayer la profundización de su plan de protesta contra la política oficial, con el lanzamiento de un paro por cinco días, que regirá desde el primer minuto del sábado hasta el último minuto del miércoles 19 inclusive.
La medida, que en la práctica busca paralizar la comercialización de granos y oleaginosas y hacienda en pie con destino a faena, fue oficializada ayer en una rueda de prensa, en la que los líderes rurales enfatizaron la necesidad de un cambio drástico en las políticas públicas hacia el sector ante la aguda situación que atraviesan las distintas actividades agropecuarias.
Mencionaron la caída en la competitividad de las economías regionales, fuertemente afectadas por el tipo de cambio, las restricciones a la comercialización, las retenciones a las exportaciones y la altísima carga impositiva que soportan desde los tres niveles del Estado.
Los presidentes de Sociedad Rural (SRA), Luis Etchevehere; de CRA; Rubén Ferrero, de Coninagro, Carlos Garetto, y el vice de Federación Agraria (FAA), Julio Currás, remarcaron que la medida de fuerza no afectará el normal abastecimiento de los productos sensibles para la sociedad, como lácteos, frutas y verduras.
Se estableció un paro con tres días hábiles para garantizar que no falten productos. Y para que no digan (desde el Gobierno) que buscamos desestabilizar o desabastecer a la gente, remarcó Etchevehere.
El cese de comercialización, entonces, apuntará a la venta y envío a puertos de granos y oleaginosas, particularmente de soja que por estos días es lo que más se comercializa (aunque a cuentagotas si se lo compara con años anteriores).
La huelga se producirá en momentos en que la soja alcanzó ayer un nuevo máximo en el año, al cerrar a u$s 565 la tonelada, ante las perspectivas de una campaña mundial más acotada de lo previsto por las condiciones climáticas adversas en Estados Unidos. (ver aparte). El cese comercial también incluirá la interrupción del envío de ganado a los centros concentradores, como el Mercado de Liniers. Estarán exentos los remates ya programados y los traslados de ganados entre campos.
Los dirigentes enfatizaron su convencimiento de que el freno de las ventas a Liniers no puede implicar ni faltantes ni subas de precios, porque los frigoríficos tienen stock suficiente para hacer frente a la demanda de los días de paro e incluso del fin de semana largo posterior a la medida.
Tras efectuar un raconto de los motivos que detonan la protesta, Ferrero, Etchevehere, Garetto y Currás coincidieron en que resulta de suma gravedad el ninguneo al sector rural por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de sus funcionarios, como el ministro del área, Norberto Yahuar.
Le pedimos una audiencia a la Presidenta y ni siquiera contestó. Sino que salió a decir sé lo que están haciendo (en referencia a la falta de venta de soja) como si fuera algo desestabilizador, plantearon.
Ferrero recalcó que es el Gobierno el que nos obliga a pasar de las propuestas a las protestas. Y agregó que el Ejecutivo prefiere ignorar al sector más competitivo de la Argentina que aportó a las arcas del estado casi u$S 70 mil millones de dólares, solo de retenciones, en esta década, que fue desperdiciada.
El cese comercializador está acompañado por una intensificación en la campaña de esclarecimiento a la población, iniciada por el sector el pasado 28 de mayo en el porteño Obelisco, para denunciar los precios de miseria que recibe el productor y lo caro que los pagan quienes los consumen.
Además se estima que habrá presencia de productores en las principales rutas del país, aunque se descartó que vaya a haber control de cargas como en otros paros, dado que la medida es un reclamo que las bases vienen haciendo en todas las asambleas que se hicieron este año, expuso Etchevehere.