02/11/2017

El campo gastará $10.850M más por el aumento del gasoil

Un informe de Confederaciones Rurales Argentinas advierte de la baja de rentabilidad de los productores por el incremento de los combustibles. ÁMBITO

El incremento de los combustibles no es noticia nueva, incluso comenzó a regir luego de las elecciones legislativas de octubre, pero ahora, semanas después, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) advierten el impacto que tendrá en los bolsillos de los productores agropecuarias.

Según los cálculos de la entidad, "desde diciembre de 2016 a la fecha el diésel acumula un 23% de incremento en su precio; con estos guarismos el sector está haciendo frente a un gasto extra de $10.850 millones en comparación con la campaña anterior".

Los cálculos de CRA detallan que sólo con el incremento de octubre pasado el sector deberá desembolsar $4.700 millones más respecto del precio que ya había sido ajustado en julio.

Por supuesto que en este esquema los más perjudicados por el incremento de los combustibles -y por ende, de los fletes- son los productores de zonas alejadas a los puertos que ya encuentran una rentabilidad mucho más ajustada .

También hacen foco en un tema candente y que hoy preocupa a todo el empresariado: la alta presión impositiva: "Del total pagado en una factura de gasoil, el 64% es carga impositiva (conceptos no gravados, IVA, Ingresos Brutos). Esto quiere decir que de los $10.850 millones que tendrá que hacer frente el sector, $7.000 millones corresponden a impuestos. Queda a las claras más que nunca la necesidad de la reconversión del gasto público, que se empiece a relacionar sus sueldos con su productividad, y eficiencia, de la misma manera que nos sucede a los productores con nuestros ingresos", cierran desde la entidad rural.

Mientras tanto, desde el Gobierno nacional detallaron en su momento que la suba de los combustible viene de la mano del incremento del precio internacional del petróleo.

Por otro lado, el sector agropecuario advierte de la baja de la rentabilidad para la próxima campaña agrícola en la que no se espera una suba contundente de los precios internacionales de los granos.