02/01/2012

Dólar: Controles reducen los pronósticos de devaluación

La lectura del mercado es que los controles cambiarios vinieron para quedarse. El cepo al dólar dará margen al BCRA para seguir sumando reservas. Por eso son muchos los que modificaron a la baja sus expectativas para el tipo de cambio durante 2012. Mientras hace unos meses algunos hablaban de hasta un 40%, hoy el consenso arroja un 14,5%. Así y todo, este año la divisa estadounidense no le ganaría a los plazos fijos. DOLORES AYERRA EL CRONISTA.

Para el 2012 analistas, operadores y economistas prevén una devaluación de entre un 10% y un 15% anual. Los pronósticos eran bastante más elevados a mediados de año (en algunos casos se llegó a predecir un 40%) pero se modificaron a partir de los controles cambiarios que comenzaron a aplicarse a fines de octubre. Las restricciones al público para la compra de dólares dieron la pauta al mercado de que el Gobierno intentará por todas las vías mantener a raya la tasa de devaluación, es decir depreciar el peso en la menor medida posible.

La presunción se traduce en los números. Hace seis meses, las previsiones para el tipo de cambio arrojaban un consenso por encima de los $ 5 para fines de este año, siguiendo las cifras de LatinFocus, una de las encuestas de referencia de la city que releva a bancos (locales y extranjeros) y consultoras. Hoy, esas expectativas bajaron hasta $ 4,95 en promedio. Otro dato: mientras en mayo, el valor máximo de los encuestados ubicaba un tipo de cambio en los $ 6,23, ahora el precio tope retrocedió hasta $ 5,5

Marina dal Poggetto, directora del Estudio Bein y Asociados, explicó que en su caso incluso revisaron a la baja la última proyección que informaron en la encuesta, “debido a que los pronósticos que se dieron para diciembre se realizaron previo a los efectos de las medidas cambiarias”. La última estimación del Estudio pasó de $ 4,87 a $ 4,79. “Las revisiones se han hecho porque hay una señal desde el Gobierno con políticas encaminadas a la recuperación de caja, con un uso del crédito y de reservas del Banco Central, siguiendo por un cepo enorme a la venta de dólares que de alguna manera equipara con la inflación”.
Pero a pesar de los retoques, las expectativas devaluatorias son superiores y llegan incluso a duplicar, según el caso, a la tasa de depreciación de 2011. El oficialismo terminó devaluando el peso un 7,7% el año pasado. El dólar pasó de $ 4,010 a $ 4,32.

De esta manera, en 2012 el dólar se encamina a emparejar los rendimientos de las tasas de interés en pesos. En 2011, la renta de los plazos fijos bancarios, aunque no le ganaron a la inflación medida por privados en 24% anual, superaron la tasa de devaluación. En la primera parte del año se mantuvieron en torno al 11% y a partir de octubre, en medio de los ruidos cambiarios, pegaron un salto hasta el 24% para luego retroceder –orden oficial mediante– en torno al actual 18%. Las perspectivas para las tasas de interés son por lo pronto de estabilidad, pero no de baja.

Bajo este contexto, el desafío que le toca a la titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, será que las reservas internacionales crezcan, aún sin devaluar de manera violenta y con un pago de deuda estimado en u$s 6.000 millones. En 2011 mantener esa tasa de devaluación en un entorno de alta inflación tuvo su costo. Al Central le significó una caída en el stock de las reservas por primera vez en toda la era K. Las arcas del Central terminaron 2011 con un derrumbe de más de u$s 6.000 millones, orillando los u$s 46.000 millones. Además del pago de deuda pública, que a partir de marzo de 2010 se convirtió en ley, el ente monetario se vió obligado a financiar con sus dólares la salida de capitales, cercana a los u$s 22.000 millones y más del doble que lo fugado en 2010. Por eso, el desplome de las reservas debería haber sido por casi el doble de lo que muestran las cifras de manera oficial. Pero se tomaron créditos con organismos externos que totalizaron en torno a los u$s 5.000 millones y ayudaron a “maquillar” las cuentas. “Este año, las restricciones permiten extender el ciclo de vivir con reservas con la única prioridad ahora de pago de deuda y déficit cuenta corriente”, evaluó Ramiro Castiñeira, de Econométrica.